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Endurecimiento del régimen argelino frente a las tendencias arabizantes

Una severa advertencia pronunciada por el presidente argelino, Chadli Bendjedid, a los estudiantes y trabajadores que han recurrido a la huelga en defensa de sus reivindicaciones, y la reafirmación de que el régimen no tolerará otra formación política al lado del Frente de Liberación Nacional (FLN), constituyen la expresión de un claro endurecimiento del régimen argelino en defensa de sus «opciones socialistas».

El jefe del Estado argelino señaló anteayer, en un discurso pronunciado ante los gobernadores de este país, que no admitirá que los problemas que plantean trabajadores y estudiantes arabizantes sean solucionados a través de «presiones o huelgas», a las que negó el atributo de obtener un debate dentro del esquema político que se ha atribuido la revolución argelina.Las declaraciones de Chadli son las más duras pronunciadas por el presidente argelino hasta ahora y constituyen una seria advertencia a quienes consideran que las huelgas y plantes habían cobrado un perfil más o menos legal. Desde ayer, las pancartas y carteles que formaban el «muro de la democracia» creado por los estudiantes de la Universidad de Argel fueron suprimidos por efectivos de la policía. Los estudiantes continúan la huelga, pero se ven impedidos, por la policía, de hacer concentraciones en las aceras.

En opinión del presidente argelino, la juventud no habría encarado sus responsabilidades frente a «ciertos elementos infiltrados en sus filas», que tendrían como misión crear problemas de carácter marginal, incluso si hablan de arabización y socialismo.

Esta tesis ya fue esgrimida en varias ocasiones por otros responsables del régimen argelino, pero el hecho de que sea el propio presidente el que, tras negarse a recibir a una comisión de estudiantes, se lance al ruedo, denota la gravedad que ha adquirido el problema.

Argelia, por tímidos que sean los elementos visibles de este descontento social y universitario, se ve enfrentada ahora a una difícil etapa, ante la que el régimen considera que debe dar pruebas de rigidez e intolerancia.

El régimen argelino, según el presidente Chadli, no se habría apartado un ápice de su religión islámica ni de su afirmación socialista, por lo que no correspondería a esos «elementos tendenciosos» el prodigar lecciones de arabismo, de defensa del Islam o de nacionalismo.

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Estas palabras tienden a yugular un empeoramiento posible de la crisis y, en este sentido, resulta significativo que el jefe del Estado argelino haya reafirmado que el único partido legal en Argelia sigue siendo el FLN y que no hay lugar para otra organización política.

Aunque no haya sido mencionado, la advertencia parece dirigirse al pequeño núcleo de comunistas integrados en el semiclandestino Partido de la Vanguardia Socialista, el cual dispondría de un considerable número de militantes en las filas de algunos organismos de masa, como el encargado de la juventud, que podría verse depurado, ahora, a la luz de las declaraciones del presidente argelino.

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