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Persiste la gravedad en el estado de salud de Tito

El estado de salud del presidente yugoslavo, Josif Broz (Tito), «no ha cambiado» tras el fracaso de la operación a que fue sometido en la pierna izquierda el pasado domingo, afirmó ayer un lacónico parte médico emitido desde el hospital de Liubliana donde está internado el anciano mariscal-presidente. En las últimas horas tuvo un acceso de fiebre controlado con una «medicación adecuada».La salud de Tito, 87 años, es causa de toda clase de rumores en Yugoslavia. El Comité Central de la Liga de los Comunistas (partido comunista yugoslavo) celebró ayer una reunión especial para ser informado de la intervención quirúrgica y el alcance de la enfermedad de Tito.

Asimismo, las medidas de seguridad en Belgrado se han reforzado. Las embajadas de Estados Unidos y la Unión Soviética están siendo custodiadas con extremas medidas de vigilancia, y en las calles el control de documentación es sistemático.

Fuentes solventes de Belgrado descartaron ayer las versiones que circularon el pasado lunes, en torno a la posibilidad de amputar la pierna a Tito. Sin embargo, no se rechaza una nueva operación, aunque se desconoce la naturaleza de la misma.

Mientras el presidente Tito está imposibilitado de ejercer cualquier función política, el artículo 324 de la Constitución ha entrado en vigor, otorgando la jefatura interna del Estado al vicepresidente de la dirección colegial, Lazare Kolisevski, presidente de la República Federal de Macedonia, en tanto Stevan Doronjski reemplaza a Tito en la presidencia, también colectiva, de la Liga de los Comunistas, asesorado y asistido por el secretario del partido, Duchan Dragosavata.

Junto a la sesión especial del Comité Central de la Liga para tratar sobre la gravedad de la enfermedad de Tito, el primer ministro, Veselin Djuranovic, canceló ayer la reunión que anualmente mantiene con el cuerpo diplomático. Los presidentes de EEUU, Jimmy Carter, y de China, Hua Guofeng, enviaron ayer sendos telegramas con su deseo de un «pronto restablecimiento» del líder yugoslavo.

En Occidente, por otra parte, han surgido las primeras reacciones ante lo que se presiente la desaparición política de Tito y la eventualidad de que Yugoslavia se convierta en un foco de conflicto internacional.

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El diario alemán occidental General Anzeiger, haciéndose eco de cierta opinión del Ministerio de Exteriores de la RFA, se refirió ayer a que los políticos de Bonn no descartan una intervención armada soviética en Yugoslavia a la muerte de Tito. Esta opinión la descarta el canciller austriaco, Bruno Kreisky, quien afirmó ayer que la desaparición de Tito no acarrearía un grave peligro para Yugoslavia. El canciller agregó que ese país ha conseguido tal grado de estabilidad, que está preparado para hacer frente a la eventualidad de la muerte de su presidente.

Por su parte, el diario francés de tendencia socialista Le Matin explica el futuro incierto de Yugoslavia en base a los intereses encontrados de sus nacionalidades, lo que daría argumentos a Moscú para una intervención. El conservador Le Figaro estima que la muerte de Tito desequilibraría el movimiento no alineado, con el consiguiente temor de Estados Unidos.

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