Sesenta millones de viajeros perdidos en siete años

La terminación de las concesiones municipales que a partir de hoy y hasta el 8 de septiembre sufrirán las ocho empresas. Fausto Dones: Trapsa- Vallejo, SL, Díaz Alvarez, SA- Antonio Gómez Rubio, Virgilio Arias, Manuel Ledesma,y José Eduardo Nogueira, pondrán fin a la presencia de un sistema de transporte que desde finales de los años cuarenta ha estado presente entre los que existían en la capital.Aunque algunas de estas empresas logren evitar el cierre gracias a sus autobuses de servicios discrecionales o interurbanos, las camionetas pes desaparecen. como en su día lo hicieron los tranvías.

Este sistema de transporte, realizado al principio por empresas familiares con un pesimo material, significó para muchos madrileños el único sistema de comunicación entre los barrios más o menos céntricos de Madrid y los que estaban en la periferia. Posteriormente hubo cierto proteccionismo oficial y en 1966,siendo alcalde de Madrid Carlos Arias, se realizaron las primeras concesiones por doce años. De esta forma los empresarios periféricos, que hasta entonces habían tenido contratos en precario, comienzan a invertir en nuevos autobuses y se produce hacia 1970 el auge de esas compañías.

En 1971 el número de viajeros trasladados se situaba por encima de los 130 millones y el número de la flota era muy similar a la actual. Sin embargo, en ese año desaparecieron la P- 14 y la P- 16,que fueron seguidas al año siguiente con la sustitución de la P-20 por la línea 25 de la EMT.

En 1974 desaparecían asimismo la P-1, la P-2, la P-15, la P-21 y la P-23, y al año siguiente, el entonces alcalde García Lomas comienza los trámites para la compra a Trainco del servicio de microbuses que esta empresa realizaba desde 1966.

La EMT, que amplía paulatinamente su rampo de acción, crea entre tanto nuevos servicios y aumenta asimismo su déficit, a pesar de que las tarifas aumentan. Asimismo, desde 1967 hasta hoy, las tarifas de las empresas periféricas experimentan, como las de la EMT, once cambios y el billete ordinario pasa de 1,50 pesetas a catorce.

Este auge de las empresas periféricas, unido a que en 1977 terminaba el primer plazo de la concesión, hace que los empresarios privados propongan a Juan de Arespacochaga la privatización de la EMT, oferta que luego sería hecha,con el mismo resultado negativo,a José Luis Alvarez y Tierno Galván. El silencio ante esta petición y unido a la posible pérdida de la concesión, siempre que se les preavise un año antes, conllevó un retraimiento en la compra de nuevos vehículos, salvo casos excepcionales, que coincidió con una pérdida de viajeros, atraídos por otros medios de transporte.