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Más de cien años de cárcel para los asaltantes de Radio Madrid

Ocho miembros de los GRAPO han sido condenados a más de cien años de prisión por la sección segunda de lo penal de la Audiencia Nacional, como autores de un asalto a Radio Madrid, el 18 de julio de 1977, y de otros actos delictivos. Las condenas más altas son para Luis Ávarez y Elvira Diéguez, con más de diecinueve años cada uno.El texto judicial declara probado que Luis Alvarez Fernández, José Luis Bermejo Villegas, Justo Cabanas Morán, Elvíra Diéguez Silveira, Juan Jesús Muiños Formoso y Francisca Pérez Pérez atracaron el 11 de julio de 1977 una empresa de Fuenlabrada, de la que sustrajeron aparatos electrónicos de transmisión.

Fechas después, Cabanas recibió de Fernando Hierro Chomón una cinta magnetofónica grabada con proclamas de los GRAPO, con la intención de que obligarán a un técnico de la SER a transmitirla por la emisora de Pozuelo de Alarcón. También le fueron entregados cartuchos de goma-2 para volar posteriormente la emisora.

El 18 de julio, Alvarez, Bermejo, Cabanas, Delgado, Elvira, Muiños, Francisca y, al parecer, otra persona no identificada, secuestraron en su domicilio al técnico Mario Frigenti San José. Bermejo y Francisca se quedaron custodiando a la esposa del técnico y a sus hijos, mientras los demás se llevaban a aquél. Llegados a la emisora, los secuestradores obligaron al conserje, a su esposa y a un hijo de corta edad a introducirse en uno de los coches; asimismo retuvieron a otros familiares del técnico, que en aquellos momentos acababan de llegar a la emisora.

Mientras los demás vigilaban el exterior, Luis Alvarez y Elvira Diéguez entraron con el técnico en la emisora. Esta última colocó 59 cartuchos de goma-2, con un aparato de relojería para su explosión posterior, mientras el primero obligó al técnico a colocar la cinta magnetofónica en las instalaciones de emisión, aunque no lograron su propósito por estar grabada a velocidad no usual en la emisora, pese a que el mensaje salió a las ondas.

Los secuestradores marcharon después con los secuestrados, a quienes abandonaron cerca del cementerio de la sacramental de San Isidro. Empleados de la cadena SER avisaron a la policía de la colocación de explosivos y los equipos policiales lograron desactivarlos, sin que se produjera ningún daño.

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