La Unión Soviética admite su participación directa en el golpe afgano
La Unión Soviética reconoció ayer oficialmente su intervención directa en los acontecimientos que provocaron el golpe de Estado de Afganistán, que llevó al poder a Babrak Karmal, considerado generalmente como un incondicional de Moscú, en sustitución del derrocado presidente Hafizullah Amin. Washington advirtió anoche sobre un probable deterioro de sus relaciones con la URSS.
Tras ser juzgado por un tribunal revolucionario, Hafizullah Amin -jefe de Estado derrocado- fue ejecutado el jueves, al ser reconocido culpable de «crímenes contra el pueblo afgano». Su hermano menor, Abdullah Amin, jefe del ejército del norte, y su sobrino, Assadullah Amin, jefe de la policía secreta, fueron también ajusticiados ayer.El apoyo soviético al nuevo jefe de Estado fue posteriormente confirmado por un mensaje de «felicitaciones calurosas» enviado a Babrak Karmal por Leónidas Brejnev.
Tanto la radio soviética como la agencia oficial de noticias, Tass, han difundido un llamamiento del Gobierno afgano en el que solicitaba a la URSS «ayuda urgente, tanto moral como material e incluso militar», para «defender la revolución afgana de abril de 1979, la integridad territorial y la independencia del territorio nacional».
«La Unión Soviética ha satisfecho esta petición», añadió escuetamente la emisora soviética, que se abstuvo de precisar por qué Gobierno y cuándo fue hecha la solicitud afgana.
Estados Unidos ha protestado oficialmente ante la Unión Soviética por su participación en el golpe de Estado afgano. El portavoz del Departamento de Estado precisó que los sucesos de Kabul pueden «influir seriamente» en el futuro de las relaciones entre Washington y Moscú.
Fuentes del espionaje norteamericano aseguran que el puente aéreo montado por los soviéticos continúa funcionando y acarreando material y tropas al país asiático. Las mismas fuentes creen que el nuevo hombre fuerte afgano llegó a Kabul veinticuatro horas antes del golpe, posiblemente entre las tropas soviéticas. Babrak Karmal había vivido exiliado en Praga.
El presidente Carter ha interrumpido sus vacaciones navideñas para reunirse urgentemente con sus asesores inmediatos: el secretario de Estado, Vance; el consejero de Seguridad, Brzezinski; el ministro de Defensa, Harold Brown, y el director de la CIA, Stansfield Turner.
Posteriormente, el presidente Carter, en una alocución televisada en directo a todo el país, acusó a Moscú de «flagrante violación del Derecho internacional». Dijo también que la intervención soviética en Afganistán era «una grave amenaza para la paz mundial y una importante injerencia en los asuntos internos de otro país».
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