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Defectos administrativos y de construcción retrasan "sine die" el futuro de Mercamadrid

La apertura del mercado central de pescados, prevista para el próximo mes de junio, ha quedado suspendida sine die, al igual que todo el complejo comercial, por dos temas que han puesto en una situación difícil a Mercamadrid, sociedad compuesta por el Ayuntamiento, la empresa nacional productores. Por una parte, las obras de la urbanización, terminadas hace más de un año, y el edificio del mercado de pescados, fueron construidos sin licencia municipal de obras; por otro lado, hace unas semanas comenzaron a aparecer hundimientos en los viales y grietas en el nuevo edificio comercial, que motivaron un estudio urgente para comprobar si había peligro de derrumbamiento.

La puesta en marcha de unos mercados centrales para la capital parece aún lejana después de que, el pasado día 18, el consejo de administración de Mercamadrid quedara informado de una carta de Gerencia Municipal de Urbanismo en la que se aconsejaba la suspensión de las obras del mercado de frutas y hortalizas, ya que las dos, grandes obras ejecutadas anteriormente no habían contado con la correspondiente licencia de obras, además de haberse superado el volumen de edificabilídad permitido.Sobre este punto, el consejero delegado de Mercamadrid, José Miguel San Miguel, informó ayer a EL PAÍS que los orígenes de esta situación se remontaban a 1973, cuando se modificó el plan general y se permitió, en la zona conocida como Dehesa de la Arganzuela, la construcción de unos mercados centrales para la capital.

«El error, según parece, fue creer que con el cambio se iba a permitir la construcción de unos mercados espaciosos de acuerdo a las necesidades de la capital.» Sin embargo, el volumen de edificabilidad permitido no fue variado en ningún momento y tampoco pareció preocupar hasta 1978, año en que terminaron las obras de urbanización. «De acuerdo con la documentación que tenemos, la primera consulta sobre edificabilidad se le hizo a Coplaco, en 1978. Este organismo respondió que el volumen era el correspondiente a una zona rústico-forestal, lo que daba un volumen muy inferior al necesitado para todo el complejo, pero parece que como en esa fecha las obras realizadas no superaban el tope, se continuaron», manifestó el señor San Miguel.

El 18 de diciembre de 1978, el plan parcial que desarrollaba el plan general en la zona quedaba aprobado. Sin embargo, según el señor San Miguel, «a nosotros se nos comunicó que estaba totalmente tramitado hace poco, y fue entonces cuando pedimos la licencia de obras para el mercado de frutas y enviamos el resto de la documentación perteneciente a la urbanización acabada en mayo de 1978 y al mercado de pescados». El envío de documentación se produjo el pasado mes de noviembre y fue respondido por Gerencia, aconsejando la paralización de las obras.

Lo que hasta el momento no se ha explicado es por qué las obras se realizaron sin licencia y se adelantaron a la aprobación del plan parcial y por qué no se previó que el volumen de edíficabilidad total permitido estaba siendo absorbido por solo una parte de las edificaciones.

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Grietas y hundimientos

Si este tema puede provocar un gran retraso, la aparición de grietas y hundimientos en las construcciones efectuadas supone una importante pérdida económica y un motivo de preocupación para la sociedad promotora, constructora y gestora de los mercados centrales. «La causa de los hundimientos en los viales de la urbanización y de las grietas en el mercado de pescados está en el suelo en el que han sido construidos. No son sorprendentes estos fallos ya que son terrenos arcillosos expansivos, situados encima de una capa yesífera, con lo que los riesgos son múltiples.» En el transcurso de la obra de explanación, se realizaron unos 3.000 ensayos para «garantizar la calidad de los trabajos y el conocimiento de las características finales del terreno». Asimismo, un estudio geológico de la zona indicaba, según parece, la existencia de una falla sobre la que al final se construyó el mercado de pescados. «La ubicación prevista paraeste mercado era otra, pero se cambió , y el consejo de administración dio su conformidad», manifestó el citado consejero delegado.«Ha quedado, por el momento, descartado un derrumbamiento del edificio y se ha visto que el proceso de deterioro permite aún ha cer un estudio en profundidad para saber las causas, el costo, su alcance y, sobre todo, la durabilidad de las medidas que se pueden adoptar. Hay que estudiar, y así se le ha en cargado a una empresa, las posibles medidas complementarias que se podrían tomar para la reparación sistemática y si estas compensan. Después, y en último término, se vería si existe algún responsable.»

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