La cuestión comunista divide también a la Democracia Cristiana
La cuestión de la entrada en el Gobierno de los comunistas podría romper la unidad interna del partido de mayoría relativa, la Democracia Cristiana (DC) como acaba de ocurrir en el Partido Socialista (PS). El secretario general de la DC, Benigno Zaccagnini, y su grupo, ha pedido ayer, por primera vez, explícitamente, la entrada, del PCI en el área del Gobierno.El líder democristiano afirma que la entrada de los comunistas en el Gobierno en las graves circunstancias actuales no significa renunciar en el futuro a la política de alternancia en el poder, que no es el «compromiso histórico» y que tampoco significaría un «matrimonio indisoluble» con el Partido Comunista, y propone, como lo acaba de hacer Giorgio Amendola, que primero se haga un programa serio conjunto y después se estudie la fórmula para dar paso a los comunistas en el Gobierno del país.
Pero, mientras tanto, el vicesecretario democristiano, el duro Carlo Donat-Cattiri, ex ministro de Industria, acaba de afirmar que la Democracia Cristiana «jamás gobernará con los comunistas», que está seguro que Craxi, secretario socialista, «ganará la batalla del partido», y que, en caso contrario, «es mejor que gobiernen comunistas y socialistas», con la DC en la oposición. Y ha amenazado diciendo que si los líderes del partido decidieran gobernar con los comunistas, se impondría «la ruptura del partido por fidelidad a los electores».
Mientras, hasta hace unos días, los socialistas esperaban al congreso democristiano para orientarse, hoy ocurre lo contrario: son los democristianos quienes están pendientes del comité central del PSI, que preparará el congreso nacional, que deberá decidir, esta vez sin más prórroga, la «cuestión comunista».
