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Los democristianos portugueses prorrogan hasta 1984 su coalición con los socialdemócratas

Los democristianos portugueses (CDS) han decidido prorrogar hasta 1984 el acuerdo de coalición con el socialdemócrata (PSD) y los monárquicos (PPM).La decisión adoptada por el consejo nacional del segundo partido de la nueva mayoría portuguesa significa una clara derrota para todos aquellos que apostaban en la desintegración poselectoral del bloque de derecha, y parece abrir el camino hacia la fusión de los dos mayores partidos vencedores.

Al afirmar su voluntad política «clara y firme» de obrar «sin ambigüedades ni tergiversaciones», para reforzar la «unidad, cohesión y eficacia de Alianza Democrática, en el parlamento y en el Gobierno», contribuyendo así, y como primer objetivo, a la victoria común de 1980, los dirigentes del CDS reconocen que «Alianza Democrática representa para la democracia portuguesa un hecho político cuya importancia sobre pasa, con mucho, las fuerzas partidistas que la constituyen».

Para sacrificar así su propio proyecto partidista -cinco años de una colaboración tan estrecha no debe dejar lugar para posteriores veleidades de independencia- se supone que los dirigigentes democristianos habrán recibido del PSD serias contrapartidas, en términos de programa y de participación en el poder. Si el PSD tiene, en efecto, el mayor caudal de electores y un líder de incontestable prestigio nacional, el CDS aporta a la coalición el valioso respaldo internacional de las democracias cristianas y de los partidos conservadores del mundo entero.

Los rumores que siguen circulando en Lisboa acerca de la composición del futuro Gobierno confirman este acuerdo de reparto equitativo del poder. El núcleo principal del futuro gabinete estará compuesto de seis representantes del PSD y cinco del CDS, siendo el presidente de este último partido viceprimer ministro y ministro de Asuntos Exteriores. Una novedad de importancia, pero que carece de momento de confirmación, sería la designación de Amaro da Costa, vicepresidente del CDS, para la Defensa Nacional.

Autocrítica socialista

En el campo de la oposición, Mario Soares parece decidido a llevar su partido a encarar con realismo y decisión las consecuencias de su derrota electoral. En el órgano oficial del PS, el secretario general entra en guerra abierta contra las tentativas de esconder el veredicto de las urnas: los resultados electorales han sido malos el día 2 de diciembre, y la mejoría del día 16 es demasiado relativa para dispensar de un debate, que se quiere «democrático y profundo, pero libre de disputas internas y de autoflagelaciones», sobre las causas de la derrota. Estas, en opinión de Mario Soares, no deben ser atribuidas exclusivamente a factores objetivos y externos.

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