Desafió la orden del Vaticano
El profesor Hans Küng desafió una orden vaticana que le prohíbe enseñar y pronunció ayer una conferencia de noventa minutos antes una tumultuosa muchedumbre de 2.000 personas en la Universidad de Tubinga.Unos mil estudiantes, profesores, empleados de la universidad y ciudadanos de Tubinga se apretujaron en el salón de conferencias para oír al sacerdote suizo de 51 años declarar que se opondrá a la prohibición de enseñar hecha pública el martes por la Congregación de la Doctrina de la Fe en Roma.
La conferencia y la sesión de preguntas y respuestas que tuvo lugar después fueron transmitidas a un auditorio universitario situado cerca, donde otras mil personas aplaudieron y vitorearon al polémico teólogo católico.
Küng, que es director del Instituto de Investigación Ecuménica de la universidad, estaba, evidentemente, emocionado ante tal asistencia y dio las gracias a la muchedumbre por tan gran muestra de apoyo.
Después de la conferencia, la muchedumbre se congregó ante las salas de la universidad para celebrar debates al aire libre sobre el «caso Küng»,
Cuatro profesores alemanes, entre ellos dos teólogos católicos, anunciaron la formación de un comité para la defensa de los derechos cristianos en la Iglesia.
Küng ha sido profesor de Teología desde 1960 en la universidad, fundada hace 432 años, cerca de la Selva Negra, en el sur de Alemania. Ofendió a las autoridades vaticanas con una serie de libros desde 1967, poniendo en duda puntos fundamentales de la fe y pidiendo reformas eclesiásticas.
El comité de defensa ha sido formado por los profesores Walter Jens, de Tubinga, y Otto Herbert Hajek, de Stuttgart, y los teólogos Walter Dirks, de la Universidad de Friburgo, y Norbert Greinacher, de Tubinga.
Greinacher dijo que el comité está abierto al público y pidió a cualquiera que esté interesado que se ponga en contacto con él.
Los miembros fundacionales han publicado una declaración atacando al Vaticano por la forma en que ha tratado a Küng, diciendo que el caso muestra que la Iglesia está «muy lejos de su frecuentemente proclamado objetivo de garantizar los derechos en su propio territorio».
