Los socialistas italianos dan por acabada su "tregua" con la Democracia Cristiana

La situación política italiana se ha agravado tras una declaración del líder socialista, Bettino Craxi, en la que anuncia que la tregua con el Gobierno democristiano se ha acabado. El momento de la crisis ha llegado ya para Craxi, para quien sólo debe resolverse ahora la fecha de la caída del Gobierno y la posible alternativa política.

Los socialistas, ha anunciado el secretario general del PSI, propondrán un Gobierno de unidad nacional en el que estén representados los comunistas. Semejante propuesta desbarataría todos los planes de la Democracia Cristiana, encaminados a formar una coalición con los socialistas y otros partidos laicos minoritarios.La inesperada decisión de Craxi se interpreta como un intento para recuperar a la izquierda de su partido, que ha criticado muy duramente la actitud de apoyo del líder socialista a la instalación de cohetes nucleares en Italia. La crisis interna surgida en el PS ha levantado especulaciones sobre una posible sustitución de Craxi al frente del partido.

Craxi se ha pronunciado por elecciones anticipadas y ha asegurado que no se hará ningún nuevo Gobierno sin los comunistas. Su declaración parece dirigida a evitar más fugas hacia el partido de Berlinguer del ala izquierda socialista.

También en el campo democristiano comienza a abrirse camino la idea de que el Gobierno Cossiga está en sus últimas semanas, aunque se discrepa sobre el mejor momento para su caída. Los doroteos, en el ala derechista del partido, ya han anticipado que preferirían antes de febrero, en que se celebra el congreso de la DC.

En la Democracia Cristiana vuelven a oírse voces favorables al retiro del veto a un Gobierno con los comunistas. El presidente del Senado, Fanfani, ha recordado que «cuando la casa arde hay que llamar a todos sin distinción para apagar el fuego». Para añadir a continuación: «A condición de que los que vengan ayuden a apagarlo y no a atizarlo.»