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"'El Partido Comunista apoya totalmente la acción de masas, pero no la algarada"

Los trabajadores han realizado «movimientos impresionantes contra el Estatuto que el Gobierno y la CEOE quieren imponerles», y se asiste también a un renacimiento importante de los movimientos estudiantil y feminista, según dijo Simón Sánchez Montero, secretario político del PCE de Madrid, durante el informe inaugural de la sexta conferencia de este partido, iniciada ayer en un colegio de las cercanías de la capital.

El dirigente comunista expresó el total apoyo de su partido a esta política de acción de masas y negó que estuviera enmarcada en una radicalización del PCE, sino en la necesidad de hacer comprender al Gobierno que su política se ha derechizado y que tiene que discutir y negociar. «Nosotros continuamos en la línea de la concentración o cooperación democrática, que necesita, en primer lugar, del entendimiento de la izquierda.» Asimismo indicó que no han tenido éxito las maniobras para aislar al Partido Comunista.Sánchez Montero condenó la actuación policial en las manifestaciones de ayer, después de pedir un minuto de silencio por los dos estudiantes muertos, y aseguró que lo ocurrido había sido una consecuencia de métodos idénticos a los que se empleaban bajo la dictadura, y, por tanto, incompatibles con la democracia. Al mismo tiempo deslindó el terreno respecto a fuerzas más a la izquierda, que convocaron ayer manifestaciones de protesta, calificadas de «poco meditadas» por Sánchez Montero, quien procuró dejar claro que «la algarada impide las movilizaciones y es ajena a nuestra política de plena aceptación del marco democrático».

Tras anunciar que el PCE se esforzará por que «las luchas estudiantiles coincidan con las de los trabajadores en el camino de la ampliación de la democracia», se dirigió a los seiscientos delegados comunistas que le escuchaban negando que la actividad de masas constituya una merma o desprestigio de las instituciones democráticas, y afirmó que el PCE lleva la misma política en el Parlamento y en la calle. Consideró inaceptable el argumento que la acción de masas conduce a la desestabilización, y agregó: «No pueden sino desear el fortalecimiento de la democracia aquellos que más han luchado por conquistarla».

Reprochó después a los socialistas su actuación respecto al Estatuto de los Trabajadores, y sobre todo, los recientes comentarios del secretario general de UGT, Nicolás Redondo, sobre una equiparación comunismo-gironismo -«sabe él muy bien cuántos años de cárcel, torturas y despidos nos han costado luchar contra el régimen al que pertenecía el señor Girón»-, al tiempo que exhortó a sus propios militantes a no caer en actitudes parecidas respecto a los socialistas.

Asimismo, Sánchez Montero mostró su preocupación por la posibilidad de que CEOE y UGT firmen un acuerdo-marco para la negociación colectiva a costa de la marginación de Comisiones Obreras, y recordó el caso portugués, para aludir a la posibilidad de que el desgaste que está sufriendo el PSOE le proporcione resultados parecidos a los del Partido Socialista en Portugal, que no sólo son malos para una fuerza en concreto, «sino para la democracia». No obstante, el dirigente comunista mencionó una serie, de terrenos -municipal, enseñanza, sanidad- en los que hay buenas relaciones con los socialistas, que deben ser desarrolladas y consolidadas.

Además del informe político de Sánchez Montero, la conferencia del PCE aprobó una reducción del número de miembros de su comité provincial a 55 -antes eran 85-, tras un debate en el que se presentó otra propuesta para que fuesen 65.

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En nombre del comité provincial saliente, Gerardo Novales defendió la reducción a 55 miembros, fundamentándose en razones de operatividad. Hubo una propuesta de la Federación Sureste para dejar la cifra en 65. El portavoz de la misma aprovechó su intervención para formular una dura crítica al anterior comité provincial, del que dijo que nunca había reunido más de 55 personas, y mantuvo la necesidad de que al menos quedaran 65 miembros para permitir la representación de todos los sectores.

Las federaciones Sur, Sureste y Centro proporcionaron la mayor cantidad de votos contrarios y de abstenciones respecto a la propuesta oficial, finalmente aprobada. Previamente había sido elegida presidenta de la conferencia una sindicalista del metal, Salces Elvira, en un brevísimo acto que duró poco más de un minuto.

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