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REACCIONES A LOS SUCESOS DEL JUEVES

Cincuenta y tres detenidos en tres horas de incidentes

Un total de 53 personas fueron detenidas ayer en Madrid, según nota oficial transmitida poco después de la medianoche, por el Gobierno Civil, como consecuencia de tres horas de enfrentamientos callejeros registrados entre fuerzas del orden y pequeños grupos estudiantiles. En la nota oficial se afirma que se ha tratado de un plan previamente organizado, «típico de guerrilla urbana».

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Un joven fue apuñalado poco antes de la medianoche de ayer en la plaza del Dos de Mayo, junto a la estación del Metro de Tribunal, por una persona que gritó segundos antes «Viva Cristo Rey». Trasladado al Hospital Clínico, se le apreció herida de arma blanca, al parecer de reducidas dimensiones, en la parte derecha del pecho. Su estado se calificó de pronóstico leve, y tras una cura fue enviado a su domicilio.Este incidente se registró en el marco de las manifestaciones estudiantiles que se produjeron entre ocho de la tarde y doce de la noche. La zona en que se desarrollaron los incidentes queda enmarcada por las calles de Alberto Aguilera, Carranza, Sagasta, Hortaleza, Gran Vía, Alcalá, paseo del Prado, Atocha, plaza de Santa Isabel, Primo de Rivera, ronda de Valencia, glorieta de Embajadores y Princesa.

Además del herido que ingresó en el Clínico de Madrid, hubo noticias de que otras personas habían sido tratadas en establecimientos sanitarios de la capital. Dos policías fueron atendidos en la casa de socorro de Retiro, y dos chicas recibían asistencia en otro establecimiento sanitario. A una de ellas hubo que practicarle cuatro puntos de sutura.

En la plaza de Alonso Martínez hubo agresiones contra manifestantes y transeúntes por parte de un grupo que acudió, después de las diez, gritando vivas a Cristo Rey.

Los grupos estudiantiles que pretendían llegar a las ocho de la tarde hasta el lugar en el que dos de sus compañeros habían caído muertos la noche anterior se dispersaron por las calles próximas ante la imposibilidad de acercarse hasta la zona de Embajadores, materialmente ocupada por las Fuerzas de Orden Público.

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A partir de este momento, los manifestantes se dividieron en decenas de pequeños grupos, que en ningún caso sobrepasaban en número los trescientos.

A primeras horas de la noche se produjo un gran atasco en la zona de Atocha. A las 21.45 seguía cortado el tráfico en Atocha, en la dirección de paseo del Prado. Una de las zonas más conflictivas era la del paseo de las Delicias, junto a la ronda de Valencia y en relación a la glorieta de Embajadores. En esa área había grupos que lanzaban gritos de «¡Policía asesina!» Se originaron enfrentamientos entre manifestantes y policías, con intercambio de piedras y botes de humo por una y otra parte. En esta misma zona un autobús de, la Empresa Municipal de Transportes fue pintado con la leyenda que gritaban los manifestantes en sus enfrentamientos con la policía. Esta última desalojó los bares de la glorieta de Carlos V, en donde se refugiaron algunos de los manifestantes.

Hacia las 20.15, miembros de la Policía Nacional y Policía Municipal levantaban el túmulo que había sido instalado en el lugar en el que cayeron mortalmente heridos los dos estudiantes. La zona estaba rodeada de vallas municipales y habían sido depositadas numerosas coronas de flores, una de ellas llevada personalmente poco antes por José Sanroma y Amancio Cabrero, dirigen tes del Partido de los Trabajadores de España. Junto al túmulo se colocaron asimismo pancartas contra la policía y la ley de Autonomía Universitaria.

Gritos contra las fuerzas del orden se fueron extendiendo poco a poco por la zona ya citada. En muchos casos los grupos de manifestantes estaban formados por unas pocas decenas de personas. A su paso volcaron prácticamente todas las papeleras y bolsas de basura que iban encontrando. Fuerzas antidisturbios emplearon botes de humo y pelotas de goma al menos hasta pasadas las diez de la noche, hora en que la mayoría de las dotaciones recibieron orden de volver a los cuarteles.

Vehículos incendiados

Hacia las 10.20 de la noche, varios centenares de personas interrumpieron el tráfico en la Gran Vía, en la confluencia con la calle San Bernardo. Poco después dieron orden de que se cruzasen en la calzada a los conductores de un autobús rojo de la EMT, que bajaba de Callao, y de un microbús que salía de la calle San Bernardo. Después de mandar a sus ocupantes que se bajasen, prendieron fuego a los vehículos con unos trapos, posiblemente impregnados de gasolina. Los dos autobuses, propiedad de la Empresa Municipal de Transportes, quedaron inservibles y no pudieron ser retirados por la grúa hasta una hora después.

Dos coches particulares fueron asimismo, incendiados en la calle Corredera Alta y Moratines. Los bomberos se vieron obligados a realizar numerosas salidas por pequeños incendios producidos en los contenedores de material de construcción.

Hacia las 22.30, un grupo daba fuego a este tipo de contenedores en la calle de Alcalá, en la zona comprendida entre las estaciones de Metro de Pueblo Nuevo y Carmen. Media hora después, otros manifestantes repetían la operación en la calle de Carranza. Restos de cenizas podían apreciarse también en Alberto Aguilera, Callao y Santa María de la Cabeza. Todavía podía verse algún coche cruzado en el paseo del Prado, junto a unas vallas metálicas destrozadas.

Hacia la medianoche, tan sólo quedaban por las calles pequeños corrillos que comentaban los incidentes, en medio de un tráfico extrañamente denso. El 091 comunicaba que a esa hora no se registraba ya ningún incidente. Tan sólo ante la sede de Fuerza Nueva, en la calle de Mejia Lequerica, una treintena de personas permanecían inusualmente junto al portal.

El Gobierno Civil señaló en la nota oficial transmitida anoche que las Fuerzas de Orden Público fueron agredidas «con piedras, lanzamiento de cócteles molotov y otros objetos». Tras afirmar que en el transcurso de los incidentes fueron fracturados los cristales de la nueva comisaría de Retiro y los escaparates del Corte Inglés de la calle de Princesa, se añade en esta nota que «los manifestantes lanzaron en la plaza de Cibeles botellas inflamables contra la policía».

«Estas acciones», establece la nota oficial, «por la forma de producirse, denotan la existencia de un plan perfectamente estudiado y desarrollado en la práctica en un dispositivo de coordinación y actuación simultáneas, típico de guerrilla urbana. »

Según informaciones del mismo Gobierno Civil, hasta nueva orden, quedan prohibidas en Madrid todo tipo de manifestaciones, incluso aquellas que hubieran sido autorizadas con anterioridad.

Unas decenas de jóvenes hacían guardia también en la ronda de Valencia, donde habían restaurado el túmulo, con flores y velas encendidas. Pasadas las dos de la madrugada, las dotaciones de dos coches policiales deshacían de nuevo la ofrenda fúnebre y se instalaban definitivamente en el lugar.

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