Nueva ley de reclasificación para el parque nacional de Las Tablas de de Daimiel
El Congreso aprobó, el pasado martes, la proposición de ley de reclasificación del parque nacional de Las Tablas de Daimiel, una de las zonas húmedas más importantes de la península Ibérica. Con esta medida se espera alejar para siempre la amenaza de desaparición de este paraje natural, acosado por planes de desecación y por la contaminación de sus aguas.
La reclasificación del parque nacional de Las Tablas de Daimiel implica la ampliación de los límites de este espacio natural en más de cuatrocientas hectáreas, pasando a ocupar así una superficie total de 2.200 hectáreas. Para ello se rescatarán terrenos que hace unos años habían sido sometidos a procesos de desecación y que en su día fueron motivo de vivas polémicas entre ecologistas y colonos.La nueva ley prevé la elaboración de un plan de acción territorial de coordinación, que comprenderá una amplia zona de su entorno y de las áreas de influencia del río Guadiana, con el fin de conseguir el mejor desarrollo socioeconómico de la zona y hacerlo compatible con las necesidades del parque nacional.
Entre las mejoras que incluye la reclasificación del parque está la de localizar la reserva integral de aves acuáticas en el núcleo más importante de nidificación de la avifauna. También se ha considerado como zonas de protección, no previstas por la ley de Espacios Naturales Protegidos, los terrenos que circundan el parque. En este área se prohibirá la caza y se controlará el uso de pesticidas y Otros productos que son fuente de contaminación de las aguas.
Las Tablas de Daimiel fueron declaradas parque nacional en junio de 1973, impidiéndose así que se llevaran a cabo los proyectos de desecación de esta zona, situada cerca de la confluencia de los ríos Guadiana y Cigüela, en los términos municipales de Daimiel y Víllarrubia de los Ojos, en la provincia de Ciudad Real. La protección de este espacio natural ya había sido declarada como preferente por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y por la Conferencia Internacional de Zonas Húmedas de Ramsar (Irán), celebrada en 1971. España aún está pendiente de ratificar este convenio internacional, cosa que han solicitado numerosas veces los ecologistas, así como la derogación de la vieja ley Cambó sobre desecación de zonas húmedas.
Precisamente, los proyectos de desecación del IRYDA, iniciados en julio de 1956 en colaboración con una asociación de colonos, fueron los que hicieron peligrar la supervivencia de esta área húmeda. En 1966 se comenzaron las obras de construcción de un canal radial que pretendía encauzar las aguas del Cigüela y el Guadíana, con el fin de desecar Las Tablas. Sin embargo y ante la imposibilidad técnica de construir este canal, se comenzó la construcción de otro lateral para encauzar las aguas del Cigüela. Estas obras se detuvieron, pero el gran problema comenzó con el cambio del álveo del río Guadiana. Las obras de «saneamiento y encauzamiento del Guadiana» provocaron la destrucción de la riqueza cangrejera del río y que las capas freáticas del suelo bajaran considerablemente.
Esta situación provocó una violenta lucha entre los integrantes de Adreda (Asociación para la Defensa de los Regadíos y la riqueza ecológica de Daimiel y su comarca) y los colonos que pretendían instalarse sobre las tierras desecadas. La alteración del curso del Guadiana provocó grandes problemas en el parque nacional, ya que en determinadas épocas la marisma se secaba por completo y el Icona se veía obligado a bombear agua al parque para que no se destruyera toda su fauna y flora.
Las Tablas tienen una especial importancia como lugar de paso y de invernada de las aves acuáticas migratorias. A partir de los meses de julio a septiembre se establecen en las lagunas unos 30.000 patos azulones. Más tarde, al comienzo del invierno, llegan los patos colorados, especie sumamente rara, que es atraída, al parecer, por la gran masa de masiega del parque. También es posible encontrar en esta privilegiada zona muchas otras especies difíciles de localizar, como el bigotudo, un pajarillo sumamente escaso en todo el continente europeo.
Toda esta riqueza biológica es la que se pretende proteger ahora con la ampliación del parque y su reclasificación. Sin embargo, losproblemas parecen no haber acabado aún. Los ecologistas de la Coordinadora para -la Defensa de las Aves (Coda) han denunciado recientemente un proyecto de trasvase de aguas de la laguna del Alcázar de San Juan al río Cigüela a través de un canal, construido recientemente, que desemboca a unos veinticinco kilómetros aguas arriba de Las Tablas de Daimiel.
Esto podría suponer un auténtico desastre ecológico, ya que las aguas de la laguna del Alcázar de San Juan están fuertemente contaminadas por los vertidos de esta ciudad manchega. Junto a la desecación, la contaminación de las aguas ha sido el otro peligro que tradicionalmente ha amenazado a Las Tablas. Las aguas del Cigüela arrastran yesos y sales, así como una alta concentración de sulfatos contaminantes de vertidos de alcoholeras y almazares. A esto se unen las aguas fecales de numerosos pueblos de la comarca.
Un aumento de la contaminación de las aguas del parque podría suponer un índice intolerable para la vida del parque, de ahí que los ecologistas se opongan a que las aguas de la laguna del Alcázar de San Juan viertan al Cigüela antes de ser depuradas. Según denunciaron los ornitólogos de la Coda, la Contaminación ya ha provocado, en diversas ocasiones, brotes de botulismo en la zona manchega, enfermedad que se hizo tristemente famosa a raíz de una epidemia que ocasionó la muerte de decenas de miles de aves en el parque nacional de Doñana.
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