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Murió en París Sonia Delaunay, una artista de vanguardia

La pintora tenía 94 años

El miércoles pasado, día 5 de diciembre, ha muerto en París, a los 94 años, la artista rusa Sonia Terk, más conocida por Sonia Delaunay, tras su matrimonio con el célebre pintor francés. Era uno de los últimos supervivientes de la primera vanguardia histórica, con la que entró en contacto ya antes de la primera guerra mundial, cuando se desarrollaba el cubismo, y con la que mantuvo una relación activa hasta los años cuarenta. Su vida artística estuvo relacionada íntimamente a la de su marido Robert Delaunay, con quien funda el simultaneismo, movimiento poscubista que se inicia hacia 1912 y que se caracteriza por sus construcciones a base de contrastes color-color y no los de simple color-claroscuro de los cubistas. Sonia Delaunay se haría famosa, sin embargo, por la aplicación de estas ideas al diseño y la ilustración.

Sonia Terk, de origen judío, nació en Gragiessd (Ucrania) el año 1885. Con tempranas inquietudes artísticas, sigue el mismo camino de aprendizaje que otros muchos artistas rusos de vanguardia: primero, Alemania, donde estudia con Schmidt- Reutter, y, más tarde, París, donde se instala definitivamente en 1905. Cuatro años más tarde se casa con Wilhelm Uhde, con el que apenas viviria unos meses, y conoce a los vanguardistas Ozenfant y Dunoyer de Segonzac, que la ponen en contacto con los primeros seguidores del recién creado cubismo. En 1910 vuelve a casarse con el que habría de ser su compañero definitivo y principal cómplice artístico: el francés Robert Delaunay. A partir de entonces desarrolla una intensa actividad bajo la advocación simultaneista: ilustración del libro Prose du Transsibérien, de Blaise Cendrars, exposición individual en la Gallería Der Sturm, de Berlín, y participación, con sus Prismes electriques, en el Salón de los Independientes de 1914.Precisamente durante este año de 1914 se produce algo que nos concierne de manera directa: el matrimonio Delaunay se instala en Madrid, donde tomarán contacto con la incipiente vanguardia española, especialmente a través de dos de sus principales animadores de entonces, los escritores Vicente Huidobro y Rarnón Gómez de la Serna. Aunque el tema de las relaciones e influencia de los Delaunay en España, como la de otros vanguardistas europeos refugiados, no ha sido todavía estudiado a conciencia, tenemos numerosos testimonios de esta etapa. Sonia Delaunay, por ejemplo, expone con éxito en Bilbao y en Madrid, donde es elogiada por la crítica de El Sol, La Epoca y Blanco y Negro; asiste a las reuniones que se celebran en la casa del chileno Huidobro, donde había de incubarse el Ultraísmo; e incluso, como recuerda su marido Robert, se dedicó ampliamente al diseño de telas y objetos, realizando los trousseaux de los marqueses del Valdeiglesias, Amboaja, Urquijo, etcétera. El matrimonio Delaunay colaboraría también en revistas españolas de vanguardia, como Alfar y Ultra, además de decorar el escenario de la famosa velada de Parisiana, ruidosa gala ultra.

Instalados de nuevo en París en 1920, Sonia Delaunay realiza tejidos geométricos y toda una serie de experimentos sobre diseños de modas (en 1924 funda un taller de costura con Jacques Heim), como los trajes poemáticos, «que», según escribió Ramón Gómez de la Serna, «saludan con el candor de una frase original, a la que se mezcla una gran malicia indescubrible, al mismo tiempo que transparente». En el terreno del diseño de figurines, ya había alcanzado un notable éxito con los que realizó en 1918 para el ballet Cleopatra, de Diaghilev. Durante los años veinte se dedica principalmente a las artes decorativas, exponiendo el año 1925 en Paris y publicando dos álbumes con los títulos Tissus et Tapis (1929) y Compositions, couleurs, idées (1930). Durante los treinta apoya, con Robert, las tendencias abstractas, participando en las actividades del grupo Abstracción-Creación (1932) y en la primera exposición de Realidades Nuevas de la galería Charpentier. Tras la muerte de Robert Delaunay, en 1941, se instala en Grasse con los Arp y Magnelli, para volver a fijar después su residencia en París, donde acaba de morir hace unos días.

Si la obra de Robert Delaunay ha sido ampliamente estudiada y ha alcanzado una gran difusión, sobre todo a raíz de la gran exposición que se celebró en París durante 1976, no ocurre lo mismo con la de su interesante compañera de vida y de arte.

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