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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Puntualizaciones "autonomistas"

Me han sorprendido las objeciones y críticas que, en un artículo publicado en este mismo periódico (« En torno a las autonomías», EL PAIS, 1-12-1979), hace Jerónimo Sánchez Blanco a uno mío del 23-11-1979. Y ello porque, precisamente un día antes, en la Casa Gaditana de Madrid, y en una mesa redonda sobre las autonomías, intervinimos ambos, junto con Antonio Murillo (diputado de UCD por Cádiz) e Ignacio Gallego (diputado del PC por Córdoba), y podía habérmelas hecho entonces. Lamento, por tanto -con mi sorpresa-, que públicamente no hubiésemos dirimido en aquella ocasión las diferencias de apreciación que sobre el proceso autonómico ambos tenemos.No me gustaría, sin embargo, polemizar ahora con el amigo Jerónimo. Pero sí, solamente, puntualizar algunos extremos, que creo él tergiversa o, al menos, mal interpreta de mi texto.

1. A pesar de mi «simplismo», precisamente queda muy claro después de sus argumentaciones que en la Constitución se contemplan dos clases de autonomías. No tiene más remedio que aceptarlo, aunque en principio lo niegue. Así pues, afirma: «Efectivamente, el techo autonómico del artículo 148 es inferior al del artículo 149, pero en ningún sitio de la Constitución se dice que aceptar la vía del artículo 143 para alcanzar el artículo 148 supondría renunciar a las competencias del artículo 149.» Curioso raciocinio, como se ve. Y sostiene, a continuación, que sólo se trata de distintos ritmos, aunque al final, textualmente, concluye:

«Una autonomía que, siendo auténtica, sólo es más reducida.» ¿En qué quedamos, señor ex diputado?

2. La tercera vía, la del famoso artículo 151, tampoco la considera Sánchez Blanco discriminatoria, y sostiene que en modo alguno se la ha impuesto a Andalucía por el hecho de ser «región». Veamos: ¿acaso no son obstáculos los siguientes: solamente para la iniciación del proceso autonómico son necesarios, primero, el 75% de los ayuntamientos de todas y cada una de las ocho provincias; segundo, un primer referéndum con más del 51% del censo en todas y cada una de las provincias (ocho referendos). A continuación, el proceso «normal» de aprobación del proyecto de Estatuto por los parlamentarios andaluces; la aprobación más tarde por las Cortes o la Moncloa; nuevo referéndum -no sabemos con cuáles características-; ratificación final, y elecciones al Parlamento andaluz. Total, «casi nada».

3. En el reparto de responsabilidades que, por el «frenazo» autonómico a «todo esto» se le recarga, resalta Sánchez Blanco la gran parte de responsabilidad que a los partidos centralistas de la izquierda le atribuyo. Y a:quí sí «pierde los estribos» y lanza las consabidas «ocultas intenciones» del PSA, las connivencias con UCD y hasta el socorrido argumento de los dineros. Incluso recurre al Diccionario de la Lengua para explicar que el término «racionalización» utilizado por Felipe González y Alfonso Guerra no es un eufemismo político, sino una expresión literal.

Como conclusión, quisiera agradecer al ex diputado Sánchez Blanco que en realidad haya contribuido a reafirmar mis ideas: en el proceso autonómico se están produciendo una serie de «maniobras de frenado»; a estas maniobras no es totalmente ajeno el PSOE o, al menos, un sector del mismo; desde el primer momento estuvieron previstas unas autonomías de primer grado, y otras de segundo; y, por último, que mucho tendremos que «espabilarnos» los andaluces si no queremos caer en la sopa boba de las «racionalizaciones» del proceso (o mejor, «racionamientos») que se nos aconsejan.

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