Dimisión inesperada del primer ministro irlandés, Jack Lynch
Jack Lynch, una de las figuras políticas más populares de Irlanda, anunció ayer su intención de dimitir como primer ministro en el plazo de una semana y solicitó una reunión urgente de su partido para designar su sucesor.
El inesperado anuncio del premier irlandés, que hace menos de una semana, presidió la cumbre del Consejo Europeo, en Dublin, ha causado una profunda sorpresa no sólo en los medios políticos de la República, sino igualmente en los de la capital británica.Aunque sometido a intensas críticas desde hace tiempo por miembros de su propio partido, por lo que se consideraba una política de concesiones a Gran Bretaña en el tema de Irlanda del Norte, Lynch, de 62 años, daba la impresión en los últimos tiempos de controlar totalmente la situación política en Irlanda.
Durante la cumbre europea de Dublin pudo constatarse el respeto y la admiración suscitados por Lynch entre sus colegas de la Comunidad Económica Europea, que rindieron tributo a su comprensión y talla de estadista durante el tiempo que Irlanda ha ocupado la presidencia del Consejo Europeo.
Pero, según ha manifestado el propio Lynch a los miembros del grupo parlamentario de su partido, el Fianna Fail, de tendencia conservadora, desde hace algún tiempo tenía pensado dimitir. En los cambios de Gabinete que iba a proponer al presidente de la República a primeros de año se incluía su propia baja del Gobierno. Es necesario, dijo, buscar un nuevo líder.
Como consecuencia del acuerdo anglo-británico para incrementar la lucha antiterrorista a raíz del asesinato de lord Mountbatten, Lynch fue acusado abiertamente por algunos miembros de su propio partido, particularmente por el ministro de Sanidad, Charles Haughey, de ser particularmente blando con las peticiones británicas y de haber abandonado el fin primordial del Fianna Fail, que es conseguir la reunificación de Irlanda.
En algunos círculos se llegó a decir que Lynch había renunciado a una parcela de soberanía del Eire al permitir la creación de un pasillo aéreo de diez kilómetros con el fin de que los helicópteros de las fuerzas de seguridad británicas pudieran perseguir a presuntos terroristas del IRA.
Sin embargo, todo parecía superado como consecuencia de una visita de Lynch a Estados Unidos que constituyó un éxito personal del primer ministro y aumentó considerablemente su popularidad.
Evidentemente, el mar de fondo ha continuado. Ultimamente, Lynch se ha visto obligado a luchar contra una creciente corriente de oposición dentro de su propio partido que le convirtió en el «chivo expiatorio» de una derrota electoral del Fianna Fail en una elección parcial en el condado de Cork, la patria chica de Lynch.
Lynch ganó las elecciones de 1977 por una mayoría abrumadora y debía permanecer en el poder hasta 1981.
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