El Gobierno israelí pone en libertad al alcalde de Nablus

«Viva Bassam Chakaa, héroe del pueblo palestino», proclamaba una de las decenas de pancartas que aparecieron como por arte de magia en las paredes de las casas que rodeaban el Ayuntamiento de Nablus, desde que fue conocida la liberación del alcalde de esta ciudad, la más importante de Cisjordania.Anunciada por el general Ben Eliezer, gobernador general de Cisjordania, la liberación de Chakaa fue decidida por el ministro de Defensa, Ezer Weizman, tras efectuar consultas con el primer ministro, Menahem Begin. Informados por teléfono de la decisión del ministro de Defensa, ninguno de los restantes ministros se opuso a la liberación del alcalde de Nablus, cuya detención y expulsión habían sido, sin embargo, decididas unánimemente por una comisión interministerial.

Al explicar este cambio de actitud, el diputado laborista Yuri Sarid declaró a EL PAIS que con ello el Gobierno «reconocía haber cometido un monumental error». Sarid felicitó al primer ministro y al ministro de Defensa por «haber tenido el coraje de dar marcha atrás con el fin de evitar un mayor deterioro de la situación en los territorios ocupados».

Sin embargo, según el general Ben Eliezer, el «informe confidencial» suministrado por los servicios especiales israelíes a la comisión de apelación militar «justificaba completamente la expulsión». A pesar de ello, la citada comisión recomendó la anulación del decreto de expulsión.

Está claro que el Gobierno israelí ha tratado de reparar un error que amenazaba a la vez las negociaciones sobre la autonomía con Egipto y las relaciones entre Estados Unidos e Israel, mientras elevaba el prestigio y la autoridad de la OLP en los territorios ocupados a cotas jamás alcanzadas hasta ahora.

En Nablus, un arco de triunfo, millares de flores, todos los alcaldes palestinos (que al conocerla liberación de Chakaa retiraron su dimisión) y una multitud delirante acogieron al alcalde liberado. Según la radio iraquí, la liberación del alcalde de Nablus «es una derrota del imperialismo sionista, de los vergonzantes acuerdos de Camp David, del traidor Sadat y de Estados Unidos. Para la radio de El Cairo, la decisión del Gobierno israelí «debe apaciguar los ánimos en los territorios ocupados».