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El Gobierno prevé un aumento notable de la inversión en 1980

El Gobierno espera que en el próximo año se incremente el nivel general de inversión y constituye su máxima preocupación, en estos momentos, el definir las prioridades de las expectativas inversoras por sectores, según manifestaron ayer fuentes solventes.Las citadas fuentes del Ministerio de Economía añadieron que en 1980 la inversión pública va a crecer a niveles superiores a los esperados o adelantados por ciertos medios, en parte debido al clima psicológico que se puede crear en los próximos meses en torno al desarrollo favorable de los inciadores económicos.

En este sentido, en medios oficiales se ha recibido con notable satisfacciónla rápida aprobación de los Presupuestos por parte del Parlamento, extremo que, en opinión del Gobierno, «favorecerá el clima general de inversión ».

Para dichas fuentes gubernamentales, las perspectivas favorables a un aumento de la inversión pública se deben, además de aquellas contenidas en los Presupuestos, a la adición de los remanentes del presente ejercicio que, no invertidos todavía, se acumularán en los primeros meses del año próximo.

El aumento global de la inversión, prioridad absoluta por parte gubernamental, constituye el factor más esperanzador dentro de una política de empleo, según las citadas fuentes.

Dentro de la perspectiva general de desarrollar una política favorable al empleo, el Gobierno confía en que antes del 31 de diciembre las empresas dispongan de una visión global de lo que van a ser en el próximo año, los planes de inversión, tanto del sector público como del privado. A este efecto, el Gobierno está desarrollando estos días un notable esfuerzo de información con los de versos sectores privados, a fin de conocer cuáles son sus necesidades inversoras reales.

Sobre el futuro de la política monetaria, las fuentes del Ministeno de Economía señalan que las presentes restricciones monetarias sólo se suavizarán si las facilidades crediticias van orientadas a potenciar la inversión en sectores productivos. Si, por el contrario, la suavización de la política monetaria tiene como consecuencia un estímulo del consumo, el Gobierno mantendrá su actual política.

Para el Gobierno, el principal problema de la economía española tiene una dimensión a medio y largo plazo. «Aunque parezca una política muy poco popular, el Gobierno está sacrificando el presente con miras a un futuro más tranquilizador», declaró un alto funcionario.

En este contexto, las previsiones macroeconómicas gubernamentales para 1979, pese a la desconfianza de las cifras, van orientadas hacia un crecimiento del producto interior bruto (PIB), del orden del 1,5-2,5%, un nivel de inflación del 14,5-16%, una tasa de desempleo del 9,5-10,5% y un déficit de la balanza por cuenta corriente de mil hasta 2.500 millones de dólares.

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