La familia Rupérez confía en la liberación del secuestrado
La familia de Javier Rupérez ha valorado positivamente la iniciativa del PSOE para constituir una comisión parlamentaria que investigue supuestas torturas en el País Vasco. Esta petición, junto con las gestiones realizadas por el comité pro liberación de Javier Rupérez, que preside Joaquin Ruiz-Giménez, hacen mantener esperanzada a la familia del diputado centrista, quien cumplió ayer diecisiete días de secuestro.
«Una vez más», declaró Ignacio Rupérez, hermano del secuestrado, «creo que la firmeza del Gobierno no se ha puesto en entredicho, porque, como ha declarado el comité pro liberación, hay exigencias que parecen ser de justicia, con independencia de que las haya planteado ETA o no.»Por otra parte, un numeroso grupo de intelectuales, artistas, deportistas y otras personalidades del mundo de la cultura han firmado un escrito en el que se solicita la liberación de Javier Rupérez, a quien califican de «hombre de inequívoca trayectoria democrática y ampliamente comprometido a lo largo de su historia política con la defensa de las libertades y derechos humanos», cuyo secuestro condenan sin paliativos, al tiempo que afirman que la necesaria pacificación de Euskadi «exige el escrupuloso respeto a la persona humana y a sus más inalienables derechos».
Firman el escrito Antonio Buero Vallejo, Nuria Espert, Luis García Berlanga, Antonio Gala, Francisco Umbral, Terence Moix, Julia e Irene Gutiérrez Caba, María Cuadra, Esperanza Roy, Concha Velasco, Nuria Torray, Amparo Soler Leal, Adolfo Marsillac, María Asquerino, Rocío Jurado, Sancho Gracia, Miguel de la Cuadra Salcedo, Amancio, Pedro Carrasco y otras muchas personas, así como galerías de arte, librerías, etcétera.
En un comunicado hecho público el pasado lunes por la noche, el presidente del Gobierno vasco en el exilio, Jesús María de Leizaola, exhorta a los secuestradores de Javier Rupérez «para que, en servicio de la causa de Euskadi, accedan a la puesta en libertad sin condiciones del mismo, devolviéndolo a su familia y a la vida civil». Leizaola recuerda que ésta no es la primera Vez que hace una declaración en dichos términos y cita la que realizó en privado, en 1970, a favor del cónsul alemán en San Sebastián, Beihl.
