El Gobierno se opone a que el CGV cree una comisión investigadora de torturas

El Gobierno y Unión de Centro Democrático (UCD) se oponen a la creación, por el Consejo General Vasco (CGV) de una comisión investigadora de torturas para que se cumpla la segunda condición exigida por ETA (p-m) para liberar al diputado Javier Rupérez, que hoy iniciará su décimo día de secuestro. Mientras tanto, se mantiene la impresión de que el Goberno ha iniciado negociaciones indirectas con responsables de dicha organización vasca, que habrían dado garantías de que, hasta el momento, Javier Rupérez «se encuentra bien». Por otra parte hay que señalar que las investigaciones policiales siguen sin producir resultado alguno y que el Ministerio del Interior continúa inmerso en su mutismo oficial.

El portavoz del Gobierno, Josep Meliá, afirmó ayer, en el curso de una conferencia de prensa, que tanto UCE, como el Gobierno se oponen y se: opondrán a la creación de una comisión investigadora por el CGV para aclarar la supuesta práctica de torturas en el País Vasco y cumplir con una de las dos condiciones impuestas por ETA (p-m) para liberar a Javier Rupérez. El secretario de Estado para la Información señaló que este es un tema que compete a los órganos institucionales del Estado y, en especial, al Parlamento, que no puede ni debe salir de dicho marco institucional, y que el Gobierno ya afirmó que no se opondría a una tal iniciativa si partiera de las Cortes.En realidad, en medios oficiales se quiere evitar la ruptura, bajo chantaje, de las competencias actuales del CGV, y se recuerda que no sólo quedarían superadas con esta iniciativa las competencias del ente autonómico, sino incluso sus funciones, si se acepta la idea de crear dicha comisión investigadora con la presencia de representantes sindicales, lo que le daría, según, los mismos medios, un cierto «carácter asambleario».

Fórmula, posible para encauzar la exigencia de ETA (p-m) podría ser el anuncio de la creación de una comisión similar por el propio Par lamento, integrada por diputados vascos del CGV. Este podría ser un gesto en favor de la liberación. de Rupérez, ya que, por el momento, y mientras se desarrollan contactos oficiosos Gobierno-ETA (p-m) -según se insiste en medios políticos de Madrid y Bilbao-, la gran dificultad reside en las posibles contrapartidas que la citada organización vasea podría recibir a cambio de la liberación del diputado. En ellas, y aparte de la citada comisión investigadora, podría situarse una aceleración en el tras paso de los presos vascos desde Soria al penal de Nanclares de Oca, actualmente en construcción, o a otra cárcel vasca.

El CGV no trató el tenia de la comisión investigadora

El CGV no estudió ni trató ayer la posibilidad de crear una comisión investigadora de torturas, una de las dos condiciones que exige ETA (p-m) para la liberación de Javier Rupérez.

Se esperaba que a lo largo de la sesión plertaria se suscitara el tema por alguna. de las fuierzas políticas integradas en el ente preautonómico o por el propio presidente. Sin embargo, dicha circunstancia no se produjo. EL PAIS pudo saber que previamente a la reunión existía un pacto UCD-PSOE para no tocar el tema, al parecer. Antes de abandonar la sesión plenaria, Jesús María Viana preguntó al Consejo si se iba a tratar algún tema referente al secuestro de Javier Rupérez. Al parecer, se produjo un silencio, sin que ningún consejero dijera nada, con lo cual Jesús María Viana se marchó. Ni el PNV ni Euskadiko Ezkerra se pronunciaron, por lo que se piensa que el tema ha quedado por lo menos temporalmente descartado.

Hermetismo informativo

Sobre las investigaciones policiales en torno al secuestro de Rupérez, el Ministerio del Interior mantiene un total hermetismo informativo. El portavoz del Gobierno, señor Meliá, declaró en su conferencia de prensa que es cierto que el ministro del Interior, Antonio Ibáñez Freire, no dio información policial en el pasado Consejo de Ministros. Ante la pregunta de si dicho ministro desconfía de la discreción de los miembros del Gobierno, Meliá afirmó que no cree que se trate de un problema de confianza en el Gabinete, sino de prudencia informativa. Otras fuentes aseguran, sin embargo, que el ministro del Interior tendría muy poco que decir, porque, al parecer, las investigaciones policiales no dieron, hasta el momento, ningún resultado importante. También en relación con el tema policial, el portavoz gubernamental declaró que, por el momento, el ministro Ibáñez Freire no tiene la intención de comparecer ante las cámaras de la televisión para informar del caso, como lo hizo Martín Villa durante los secuestros de Oriol y Villaescusa -al parecer, esta intervención estuvo motivada por los plazos impuestos por los GRAPO-, y añadió, por último, que carecen de fundamento las informaciones relativas a la existencia de un plan policial, según el cual algunas unidades de los GEO están preparadas para intervenir con urgencia en el momento en que se localice el lugar del secuestro de Rupérez.

La familia, a la espera

La familia de Javier Rupérez se mantiene a la espera de nuevos acontecimientos. Sigue con atención las informaciones distribuidas por los distintos medios de comunicación y, aunque el tercer comunicado de ETA (p-m) ha rebajado el optimismo imperante el pasado fin de semana, se han declarado esperanzados por el rumor de que «Javier se encuentra bien », aunque desearían una prueba contundente que lo demuestre. El hermano del diputado secuestrado, Ignacio Rupérez, declaró ayer a EL PAIS que esperan «una solución global para este caso, que contemple los problemas del País Vasco y los de España en general». En relación con la negativa oficial del Gobierno para negociar, Ignacio Rupérez dijo: «Comprendemos perfectamente esta actitud, pero la creo a la vez conciliable con una flexibilidad humanitaria que conduzca a la liberación de mi hermano, quien, al igual que el resto de la familia, se ha sentido siempre identificado con los problemas del País Vasco, donde hemos vivido varios años y donde tenemos familiares.»

En su declaración, Ignacio Rupérez insistió en la idea de que el secuestro de su hermano está hipersensibilizado y que sobre él recaen otros acontecimientos de la vida pública española, lo que no facilita un desarrollo equilibrado de los acontecimientos.