_
_
_
_

Pnom Penh vuelve poco a poco a la normalidad

Por primera vez, soldados vietnamitas penetraron el pasado lunes un kilómetro dentro del territorio tailandés, informaron fuentes militares de Bangkok. La Marina tailandesa abrió el fuego, provocando la inmediata retirada de las fuerzas de Hanoi. Por otra parte, y a la vez que los jmers rojos agradecieron ayer a la ONU su voto, pidiendo la retirada de Camboya del Ejército de Hanoi, el Gobierno provietnamita de Pnom Penh rechazó la votación de las Naciones Unidas.

Por último, 380.000 refugiados camboyanos, estacionados a lo largo de la frontera camboyano-tailandesa, van a ser desplazados hacia el interior de Tailandia, informó ayer un portavoz de la Unicef.Sesenta mil personas, viven ahora en Pnom Penh y 250.000 en un radio de quince kilómetros alrededor de la capital. Estas cifras han sido facilitadas a principios de semana, diez meses después del derrocamiento del régimen de Pol Pot, por las nuevas autoridades camboyanas.

En esta ciudad, que llegó a contar hasta dos millones y medio de habitantes y que los jmers rojos vaciaron por completo seis parlamentarías norteamericanas, dos australianas y varios periodistas observaron, a principios de semana, los primeros síntomas de vuelta a la normalidad.

Los edificios de los grandes bulevares de estilo arquitectónico francés albergan de nuevo a algunas familias en sus apartamentos desiertos desde hace años. En las pequeñas calles perpendiculares a las avenidas, algunas tiendas ofrecen incluso cañas de azúcar, pan y pescado seco. Como el dinero papel o metálico fue abolido por los jmers rojos, el arroz sirve ahora de moneda de cambio. El antiguo mercado central sigue, sin embargo, cerrado, aunque las autoridades esperan poder reabrirlo el año próximo.

Algunas empresas han reanudado sus actividades bajo el control del Estado y producen mantas, mosquiteros y vino de arroz, llamado bayon. Pero la vida en la ciudad depende ampliamente de la ayuda extranjera, cuyo ejemplo más evidente son los automóviles soviéticos puestos a disposición de algunos funcionarios gubernamentales. La capital se ha convertido en una ciudad de funcionarios y de «consejeros» vietnamitas. El Gobierno pidió a los «trabajadores intelectuales» expulsados de los puestos de trabajo que volviesen a la capital, pero aparentemente sin éxito.

Los últimos visitantes occidentales en Pnom Penh se en trevistaron con algunos de estos «trabajadores intelectuales», Uno de ellos, el doctor Nouth, pedíatra en el hospital del 7 de enero, señaló que sus enfermos no recibían más que cuatro cientos gramos de arroz diarios. Pero, añadió, la situación es «mucho peor» en el campo, ya que los habitantes de la capital tienen la suerte de poder bene ficiarse los primeros de la llega da de ayuda internacional. En cambio, el envío de esta ayuda al campo resulta bastante difícil.

Los tres hospitales en funcionamiento en todo el país tienen una capacidad máxima de mil camas,muy insuficiente en una nación en la que los tres millones y medio de habitantes aún con vida padecen subalimentación, malaria y disenteria. Tres escuelas han reabierto en la capital, pero, como en la universidad, faltan profesores.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_