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Robos de arte religioso

«Los medios de comunicación de masas vienen haciéndose eco del alarmante robo sistemático de obras de arte, principalmente religioso, en numerosas provincias de España y especialmente en la mitad norte. Consecuencia de esos robos está siendo una hostil campaña de escándalo que culpa principalmente a la misma Iglesia del expolio del que está siendo víctima. (...)Hay que confesar la especial vulnerabilidad de este arte, por su extraordinaria cantidad y por su dispersión. Hay que combinar ambos datos con el abandono consiguiente a la despoblación del campo, que deja libros de archivo, orfebrería litúrgica, cuadros, esculturas, retablos y muebles al alcance de cualquier visitante diurno, cuanto más nocturno y alevoso. No vamos a cebarnos en la insuficiente guardia de los tesoros de una catedral si tampoco han resultado eficaces las alarmas de un banco: lágrimas hipócritas, no. Lo que pasa es que el patrimonio artístico estaba confiado a la piedad religiosa del pueblo español y los ladrones se ríen de la propiedad religiosa, como de guardiana jubilada. (...)

Se habla de la necesidad de concentrar el arte religioso en museos o la documentación en archivos. Eso no es siempre posible ni siempre conveniente, pero puede ofrecer una solución a medio plazo para una parte muy importante del tesoro más en peligro y no sometido a las servidumbres del uso o de la tradición local. Sabemos con certeza que la jerarquía eclesiástica dará todo su apoyo a esta labor de concentración, que implica seguridad.(...)»

, 15 de noviembre

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