La policía sigue sin encontrar pistas sobre el paradero del parlamentario centrista
El Gobierno sigue sin tener una pista importante sobre el posible paradero del diputado de UCD Javier Rupérez, secuestrado el pasado domingo por un comando de ETA (p-m). Los primeros responsables de la policía no han dado informaciones a la opinión pública sobre la marcha de las investigaciones y parece existir, por otra parte, una rémora informativa que afecta a la comunicación entre ciertos sectores de las fuerzas de Seguridad y la propia Administración. Mientras tanto, en medios próximos al Gobierno y a la familia de Rupérez, se ha calificado el segundo comunicado de ETA (p-m) -con las condiciones para liberar al secuestrado- como «esperanzador».
El portavoz del Gobierno, Josep Meliá, declaró ayer, en el curso de una rueda de prensa, que no podía facilitar datos sobre las indagaciones de la policía destinadas a conseguir la liberación de Javier Rupérez, «porque pertenecen al lógico secreto policial», dijo Meliá, Tampoco se pronunció el portavoz oficial sobre las detenciones masivas llevadas a cabo en el País Vasco por las Fuerzas de Orden Público, limitándose a decir que estas actuaciones son «normales» y que los cuerpos de seguridad del Estado actúan siempre de acuerdo con las necesidades de cada caso. Por otra parte, algunas informaciones oficiosas señalan que la comunicación entre ciertos sectores de dichas fuerzas de seguridad y la Administración se realiza con una cierta lentitud y excesiva cautela.La familia de Javier Rupérez, que ha mantenido ayer contactos con miembros del Gobierno, y que sigue de cerca y consternada el desarrollo de los acontecimientos, hizo ayer un llamamiento pidiendo a los secuestradores que divulgen alguna prueba que permita conocer su estado actual y las condiciones en que se encuentra. El hermano del secuestrado, Ignacio Rupérez, declaró ayer mismo que el contenido del segundo comunicado de ETA le había parecido más esperanzador que el primero, a la vista de las condiciones que incluía ETA (p-m) para conseguir la liberación de su hermano. Condiciones que, por otra parte, y según el presidente del Consejo General Vasco, Carlos Garaikoetxea, «no son tan imposibles como en un principio se podía creer».
En relación con dichas condiciones, el portavoz del Gobierno, Josep Meliá, declaró ayer que no se pueden hacer valoraciones sobre condiciones duras o blandas y que la declaración del segundo comunicado, en la que se le acusa al Gobierno de haber puesto en peligro la vida de Rupérez por haber hecho pública la declaración de UCD sin conocer las condiciones era el resultado de la «paranoia» de los secuestradores, que, en su opinión, son los únicos que han puesto en peligro la vida del diputado.
Asimismo, el señor Meliá hizo pública una declaración oficial del Gobierno en la que confirma la información de EL PAIS de ayer, asegurando que el Gobierno asume el contenido del comunicado hecho público por el comité ejecutivo de UCD. El texto de la declaración dice así:
«El Gobierno reafirma su decisión, expuesta el pasado lunes por el presidente del Gobierno ante el comité ejecutivo de UCD, de no negociar con los terroristas y de no admitir ningún planteamiento bajo coacción.»
«Está claro, pues, que el Gobierno reitera su no disposición a aceptar ni a admitir que las prácticas terroristas o el secuestro de ciudadanos honorables pueden servir de medio para obtener concesiones políticas o para formular pretensiones de negociación.»
«El Gobierno valora la espontánea reacción de solidaridad producida en todo el mundo en orden a exigir la inmediata liberación de Javier Rupérez, así como el comportamiento de los medios de comunicación que han declarado inadmisible el chantaje terrorista para preservar la autoridad del estado".
El portavoz del Gobierno no quiso entrar en ningún tipo de análisis o evaluaciones y, al igual que viene haciendo en sus últimas conferencias de prensa, insistió en que él se limita a transmitir las posiciones oficiales y, en ningún caso, a darlas como suyas exclusivas. Sí quiso el señor Meliá comentar las informaciones publicadas que aludían a la posibilidad de que Javier Rupérez, durante sus viajes a Washington y Bruselas, se hubiera interesado por las posibles ramificaciones internacionales de ETA. El portavoz gubernamental declaró a este respecto que «no se tiene conocimiento oficial de estas supuestas actividades y que el Gobierno nunca le encargó una misión de este tipo». Otra cosa sería, señaló Meliá, que el señor Rupérez se hubiera interesado como diplomático y político, en sus desplazamientos, sobre cuestiones que interesan a la vida política nacional. Por último, el secretario de Estado para la Información se negó a hacer declaración alguna sobre dichas supuestas ramificaciones internacionales de ETA.
A pesar de estas declaraciones oficiales, otras fuentes próximas al Gobierno han declarado que el segundo, comunicado de ETA (p-m) causó un cierto «alivio» en la Moncloa.
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