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Crítica:LOS CONCIERTOS DEL REAL
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Estreno de Cruz de Castro y actuación del violinista Navidad

Como Robert Gerhard, el compositor madrileño Cruz de Castro está creando una serie de obras, tituladas con diversos signos del zodiaco: Acuario, Géminis, Sagitario, Piscis, Libra, Escorpión y, ahora, Capricornio, que es el signo de Carlos. Este músico, que todavía no ha cumplido los cuarenta, posee una personalidad grande que se diversifica en lo artístico y en lo humano. Puede encerrarse a componer, lenta y meditadamente, o puede saltar a México para organizar unos festivales hispano-mexicanos, cuya sexta edición acaba de celebrarse. Puede ordenar toda una vajilla para su feliz Menaje (Madrid, 1971) o buscar expresión propia a través de una orquesta casi mahleriana, como en Capricornio. En todo caso, las «palabras» de Cruz de Castro no suelen ser usadas, ni menos, habituales, y una partitura como la aztequista Mixtitlan (1975) llamó la atención, por distinta, de los juradores y observadores del Prix Italia. En Capricornio, dirigido por García Asensio a la Orquesta de RTVE, interesa, de entrada, la seguridad de ideación y realización. Iniciada hace seis años, su autor la concluyó cuando su capacidad autocrítica y su instinto le hicieron ver con claridad el camino. Un camino de concentración, severidad, unidad interna, tensión y fuerza sin violencia. Esto, a pesar de la sucesión de grandes acordes staccati enlazados -y no es paradoja- por silencios. Silencio y sonido están trabajados por el compositor en una línea de continuidad de gran interés. De ahí que todo el primer período de Capricornio, antes de que se incorporen otros factores, sorprenda inicialmente, y, después, nos conduzca a una situación casi límite. Entonces, sin perder lo que constituye osatura de la obra entran en juego distintas «situaciones» sonoras; diversos «aconteceres», capaces de colorear contrastar, sensitivizar el «esqueletismo» querido por el autor. A lo lejos, como antecedente, pueden estar los ataques secos de Falla en el segundo tiempo del con cierto, pero aquí la intencionalidad, el «ideal sonoro» y el constructivo es otro. Tampoco se trata de una arquitectura con lo «nervios» a ojos vistas y dulcificada por el color (como el Centro Beaubourg, por ejemplo), sino de una acumulación y una síntesis. Hay combinaciones sonoras muy bellas, pero lo que importa es la continuidad total, el talante original de esta música, entre primitiva y actual, expresiva y mineral enemiga de toda retórica. Fue bien tocada y bien recibida por un público que la aplaudirá mucho más en sucesivas audiciones. Con García Asensio recibió el homenaje Carlos Cruz de Castro.Elección de solista

Orquesta Sinfónica y Coro de RTVE

Director: García Asensio.Solista: Luis Navidad. Obras de Cruz de Castro, Katchatulian, Bardwelly Ravel. 10 de noviembre

Cada año, los profesores de la OSRTVE eligen a un compañero. para que actúe como solista. Correspondió esta vez el premio de tan amplio y entrañable tribunal al violinista Luis Navidad, músico por naturaleza, dotado de una técnica muy considerable. Ambas cosas quedaron demostradas con amplitud -junto a un sonido íntimo y bello- en la versión del Concierto, de Katchatutian, «pezzo di bravura», tocado por el atractivo colorista del «folklore» armenio. Con gran seguridad rítmica y venciendo las no pocas dificultades que encierra, Navidad expuso los movimientos extremos, guardando para el central lo mejor de su comunicatividad expresiva, renuente, por otra parte, a concesiones del menor género. Solista, director y orquesta se apuntaron un buen triunfo.

Pocos o ninguno teníamos noticia de William Bardwel, un compositor inglés, entusiasta de España, nacido hace 64 años, cuya primera sinfonía había dirigido García Asensio en Suráfrica. Posee buena técnica de escritura (estudió con la Boulanger), construye bien y orquesta mejor. Con todo, dicha sinfonía (estrenada en 1966), decididamente conservadora, no llegó a interesarme. Tampoco, al parecer, entusiasmó al auditorio, que dedicó al autor, presente en la sala, aplausos suficientes como para salir a recogerlos.

Coro y orquesta radiotelevisivas cerraron el programa con una limpia versión de Dafnis y Cloe, clara, brillante: y bien «narrada». García Asensio y los profesores de RTVE merecen toda clase de elogios, al resolver con responsabilidad y excelentes resultados un programa difícil. y, en gran parte, fuera de repertorio. Anotemos la espléndida colaboración prestada a Luis Navidad en Katchatutian.

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