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El Consejo de Seguridad de la ONU pide a Irán la liberación inmediata de los rehenes norteamericanos

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas pidió ayer, en una declaración aprobada por unanimidad, la inmediata puesta en libertad de los diplomáticos norteamericanos retenidos desde hace seis días en la embajada estodounidense en Teherán, e instó a las autoridades iraníes a respetar los principios de inviolabilidad diplomática reconocidos por la comunidad internacional. El embajador boliviano, Sergio Palacios, que durante este mes preside el Consejo de Seguridad, leyó la declaración adoptada por los quince miembros del alto organismo de la ONU. La reunión del Consejo habla sido solicitada por el embajador norteamericano, Donald McHenry, después de numerosas consultas privadas celebradas a lo largo de esta semana.

En la declaración emitida por el Consejo de Seguridad se pide al secretario general de la ONU, Kurt Waldheim, que emplee sus buenos oficios para conseguir la pronta liberación de los rehenes. El Consejo, del que son miembros permanentes Estados Unidos, URSS, Gran Bretaña, Francia y China, expresa también su «profunda preocupación» ante la actitud de las autoridades iraníes, a quienes recuerda que debe ser respetado el principio de la inviolabilidad de personas y locales diplomáticos, instándoles después a que procuren la urgente liberación de los diplomáticos norteamericanos y garanticen su seguridad.En Washington, la declaración del Consejo de Seguridad se recibió con agrado, pero sin demasiada esperanza de que vaya a traducirse en una solución del problema. Los movimientos diplomáticos de la Administración Carter en la ONU son parte de una ofensiva general, que incluye contactos con la Unión Soviética, conversaciones con la OLP y, al parecer, negociaciones directas entre el encargado de negocios norteamericano en Teherán, Bruce Laingen, y representantes del Consejo Revolucionario islámico.

El presidente Jimmy Carter, que suspendió una visita oficial a Canadá a causa de la crisis, se entrevistó ayer en el Departamento de Estado con varios familiares de los rehenes norteamericanos. No se conocen detalles de estas conversaciones, pero, al parecer, hubo un ambiente altamente emotivo y cargado de tensión.

Manifestaciones antiiraníes

Mientras la crisis entra en su sexto día de duración una oleada de protestas antiiraníes comenzó a extenderse de costa a costa de Estados Unidos. En la mayor parte de los casos, las protestas se materializaron en contramanifestaciones que hostigaron a los numerosos iraníes que se manifestaron para pedir la extradición del sha.

En la capital, unos novecientos estudiantes iraníes recorrieron las calles cercanas a la Casa Blanca cantando eslóganes pro Jomeini, mientras que la policía se las veía y deseaba para mantener alejados a varios millares de contramanifestantes que, enarbolando banderas norteamericanas, gritaban a los iraníes «cerdos» y «marcharos a casa».

Algunos iraníes resultaron heridos levemente en Beverly Hills (California) durante algunas refriegas con contramanifestantes. El presidente Carter ha prohibido la concesión de permisos federales para manifestaciones, por temor a que éstas degeneren en choques callejeros que provoquen, a su vez, represalias en Teherán contra los rehenes.

Se calcula que hay en Estados Unidos unos 130.000 iraníes, de los que más de 50.000 son estudiantes. Algunos sectores de la opinión pública vienen pidiendo desde hace días que se expulse del país a todos o a parte de los iraníes. Informes no confirmados señalaban ayer que un grupo de altos funcionarios de varios departamentos gubernamentales está estudiando posibles medidas de represalia contra Irán, que pasan por la deportación de algunos residentes iraníes.

Ayer, el Sindicato de Obreros del Transporte decretó un boicot a los aviones iraníes que aterrizan en el aeropuerto Kennedy de Nueva York.

La orden, que impedirá la carga o descarga de mercancías y alimentos, entró en aplicación a primera hora de la tarde del jueves.

El presidente Carter ha rechazado una oferta del presidente egipcio, Anuar el Sadat, para recibir en su país al depuesto sha de Irán. El Gobierno norteamericano no tiene intención de pedir al antiguo monarca que abandone Nueva York, donde recibe tratamiento médico, aseguró un portavoz oficial.

El popular campeón de boxeo de los pesos pesados, Mohamed Alí, conocido anteriormente como Cassius Clay, se ofreció ayer como rehén voluntario, a cambio de los sesenta y tantos norteamericanos detenidos en Teherán por estudiantes islámicos partidarios del ayatollah Jomeini. Alí dijo que su ofrecimiento no se debe a una búsqueda de publicidad, algo que obviamente no necesita, sino a su deseo de mejorar la imagen del Islam.

Cassius Clay se convirtió al islamismo y cambió su nombre hace algunos años y se declaró ayer dispuesto incluso a morir, porque así «sólo sufrirá una familia, en vez de sesenta». El boxeador consultó previamente con el Departamento de Estado e hizo su oferta a la embajada de la República Islámica en Washington.

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