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Tres mil personas en el funeral de Francisco Caballero

Más de 3.000 personas asistieron ayer por la tarde en Ortuella al funeral en memoria del simpatizante del PCE Francisco Caballero, muerto el día anterior por disparos de la policía, que se celebró al aire libre en la plaza del pueblo. La mayor parte de los asistentes participaron luego en una manifestación que recorrió sin incidentes las calles de Ortuella.

El acto fúnebre, que duró veinte minutos, fue oficiado por el párroco local, que en la homilía, entre otras cosas, dijo: «Esta muerte no debe servir para justificar otros muertos, pero tampoco hay que olvidarla para que no se vuelvan a producir otras.» Al término del funeral, los familiares de la víctima y los asistentes acompañaron en silencio al féretro en su largo camino hacia el cementerio, donde se produjeron algunas escenas de emoción por parte de la esposa de Francisco Caballero.Posteriormente una larga comitiva se dirigió hasta el Ayuntamiento, rompiéndose únicamente el silencio por algunos gritos aislados contra las FOP al pasar cerca del cuartel de la Guardia Civil. Una vez ante la casa consistorial se inició, de hecho, la manifestación. Ondearon entonces banderas rojas, ikurriñas y pancartas de partidos; en cabeza se situaban representantes de los partidos (PNV, PSOE, PCE, Euskadiko Ezkerra, ESEI y PT) y sindicatos (CCOO y UGT), convocantes del acto. Entre los manifestantes, que recorrieron las calles de la ciudad, se escucharon repetidos gritos contra la policía.

Las FOP no hicieron acto de presencia en ningún momento. Miembros de la Policía Municipal y Guardia Civil motorizada desviaron el tráfico de la carretera Bilbao-Santander, a su paso por la localidad, para que la manifestación transcurriese sin problemas.

La convocatoria de una hora de paro prevista para las doce del mediodía de ayer, que firmaban seis partidos políticos y dos centrales sindicales, en protesta por la muerte de Francisco Caballero Requejo, simpatizante del PC de Euskadi, muerto en la madrugada del martes por los disparos de policías de paisano, no obtuvo una respuesta mayoritaria, salvo en el caso de la zona minera de Vizcaya y la margen izquierda del Nervión.

La zona minera de Vizcaya -Ortuella, localidad donde residía la víctima, se sitúa en la misma- alcanzó un alto índice de paro en la hora prevista en la convocatoria. La inactividad en este período de tiempo afectó, además de la indástria, al comercio, establecimientos públicos, centros escolares y funcionanado municipal. Las grandes empresas de la margen izquierda del Nervión secundaron en un 75% la convocatoria. En algunas industrias importantes -General Eléctrica, por ejemplo- varios centenares de trabajadores alargaron el paro previsto a toda la jornada.

Las directrices de las centrales sindicales fueron generalmente seguidas en formas de asambleas o paros de una hora en la margen derecha y en la zona de Basauri. En el interior de la provincia, la participación fue muy escasa. En Bilbao, los talleres de Tugbsa (transportes urbanos) pararon la hora prevista.

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