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Carter, decidido a recortar los beneficios de las compañías petrolíferas

En su primera reacción pública ante las fabulosas cifras de beneficios declaradas esta semana por las grandes compañías petrolíferas, el presidente Jimmy Carter amenazó ayer con la adopción de medidas «punitivas» en caso de que el Congreso no recorte esos beneficios mediante impuestos extraordinarios.El presidente, que desde hace meses viene defendiendo la creación de un impuesto especial que grave a las empresas petrolíferas, dijo ayer en la Casa Blanca a un grupo de partidarios de su «plan» que no vacilará en actuar contra las grandes compañías. Carter no explicó el alcance de las medidas «punitivas», y cuando un portavoz de la Casa Blanca fue preguntado más tarde si entre esas opciones se incluye la nacionalización, el portavoz, Rex Granum, respondió que nada se ha decidido ni descartado.

La legislación presentada por el ejecutivo al Congreso sobre el impuesto extraordinario a los beneficios de las compañías petrolíferas está siendo ahora debatida separadamente, por el Senado y la Cámara de Representantes. Aunque faltan semanas o meses, quizá, para que el legislativo apruebe, este impuesto, existen ya indicios de que la cuantía del mismo será mucho menor de la solicitada.

El impuesto extraordinario que quiere imponer Carter costaría a las grandes compañías casi 3.000 millones de dólares durante la próxima década. Hasta ahora, los comités del Senado y de la Cámara de Representantes han aprobado provisionalmente la legislación que permitiría recaudar menos de la mitad de esa cifra.

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