La central de Cofrentes, objeto de intenso debate en el Consejo de Europa
Un intenso debate se produjo en la audiencia pública de la comisión de ordenación del territorio del Consejo de Europa, celebrada en el Ateneo Mercantil de Valencia sobre la alternativa nuclear y la central de Cofrentes. Con palabras del presidente de la comisión, el socialdemócrata alemán Karl Ahrens, es ésta «una de las decisiones más difíciles que tenemos los políticos hoy, porque los argumentos a favor y en contra afectan a todos los ámbitos de la vida de nuestros países».
La sesión congregó, ante la expectativa creada, a representantes de la Administración central, de las empresas nucleares, grupos ecologistas, políticos y sindicatos que por el carácter abierto de la audiencia pudieron exponer sus opiniones. A pesar de las posiciones enfrentadas se mantuvo un equílibrio en el desarrollo de la sesión, porque «no podremos avanzar», afirmó el señor Ahrens, «si no intentamos comprender a los que opinan como nosotros». Matizó también que «no podemos considerar a los antinucleares como retrasados que quieren volver a la selva virgen».La ponencia elaborada por un grupo de técnicos valencianos (véase EL PAIS de ayer) solicitó la paralización de la central de Cofrentes para iniciar una moratoria de cinco años en que se debata la conveniencia de su instalación. Describió un conjunto de argumentos sobre su ubicación en zona de vulcanismo reciente y en la cabecera del río Júcar, que abastece de agua a la agricultura citrícola y sectores de la población del área metropolitana de Valencia, hechos que hacían concluir a la ponencia en dudas razonables sobre su conveniencia.
Entre los argumentos de carácter jurídico figura la falta de licencia de obras municipal con que se inició su construcción y la proximidad de la población de Cofrentes. A este respecto, el abogado señor Martínez Morales recordó que en 1973 el Tribunal Supremo dictó sentencia en contra de la nuclear de Peñíscola, en las comarcas valencianas del Norte, por similares irregularidades.
La posición favorable a la nuclearización de los componentes de la ponencia fue expuesta por Angel Suárez, concejal de UCD, quien recordó que el actual Gobierno había recortado sensiblemente el plan inicial de construcción de nucleares y consideró necesaria la central de Cofrentes para la región valenciana por la falta de otros recursos energéticos. En este sentido, los ponentes antinucleares señalaron que estudios realizados apuntaban un mayor aprovechamiento hidroeléctrico al ser posible obtener no menos de 650 megavatios por este sector a corto plazo, adicíonales a los actuales, lo que equivale a un 65% de la potencia de la nuclear de Cofrentes.
La audiencia contó con la intervención del director die la explotación de Cofrentes. Manuel Acero, quien afirmó que no existen riesgos de vulcanismo, que en numerosos paises las centrales se encuentran en cabeceras de ríos, y asimismo aseguró que Cofrentes es una de las pocas centrales de todo el mundo que se han construido en una zona adecuada por tratarse de una comarca altamente despoblada. Otra destacada intervención pronuclear fue la de la directora general del Medio Ambiente, María Teresa Esteban, que, en calidad de ama de casa, afirmó que defendía la energía nuclear porque no quería ver al Gobierno decretando restricciones en los hogares españoles al no existir otra alternativa para los próximos diez años. Contrapuso la ausencia de muertos por accidente de las nucleares con los sesenta muertos por año que arrojan, como cifra media, los accidentes de la cuenca carbonifera astur-leonesa.
De las intervenciones de los parlamentarios europeos destacó la del laborista inglés Peter Hardy, que irónicamente recomendó a los políticos nucleares la instalación de reactores en su demarcación electoral y denunció la presión ejercida por las empresas sobre los Gobiernos para utilizar un determinado modelo de reactor sin previa discusión. Asimismo mostró su oposición a los Gobiernos que no dan razón del dinero invertido en investigación nuclear.
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