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Campaña para el referéndum vasco

Onaindía cree que ETA militar proseguirá la lucha armada

El Gobierno mantuvo negociaciones con ETA durante el verano pasado, después de que la organización vasca iniciase una escalada de atentados en las costas turísticas españolas, según reveló ayer en San Sebastián el diputado Juan María Bandrés, de la coalición Euskadiko Ezkerra, que pasa por ser uno de los brazos políticos de ETA político-militar.

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Prueba de las negociaciones, según fuentes vascas altamente cualificadas, fueron por un lado la suspensión de los atentados de ETA y el traslado de algunos presos políticos vascos a Vitoria, así como la puesta en libertad provisional, durante aquellas fechas, de al menos dos presos políticos etarras acusados de delitos por los que se pedía un mínimo de treinta años de cárcel, entre ellos un militante llamado Iparraguirre.Las mismas fuentes añadieron que los contactos tuvieron como interlocutor, por parte del Gobierno, a un personaje de muy alto nivel, sin que precisasen la identidad del mismo. Al mismo tiempo, un miembro del comité ejecutivo de Euskadiko Ezkerra añadió que creía equivocadas las manifestaciones del ministro del Interior, según las cuales un comando de ETA (p-m) se habría desgajado de la organización.

A sólo cuatro días del referéndum sobre la autonomía para Euskadi, las mismas fuentes añadieron que, con independencia del resultado del mismo, «nunca podrá ser posible la paz en el País Vasco, mientras continúen los presos políticos en las cárceles», refiriéndose a los detenidos de ETA, acusados de acciones terroristas o de colaborar con la organización.

En concreto, Bandrés especificó que es bastante problemático que el Rey pudiera acudir a Guernica a sancionar el Estatuto, «mientras haya presos políticos entre rejas. Eso es una medida política y, como se dio a entender hace unos días en las Cortes, una medida inteligente del Gobierno sería ofrecer una negociación a las dos ramas de ETA para llegar a un armisticio».

«Es evidente», prosiguió, «que la Constitución no contempla la amnistía, pero es muy razonable que el primer Gobierno vasco presente el primer día una especie de proposición no de ley, en la que se pida al Rey una serie de indultos particulares para cada uno de los presos políticos vascos. Y esa es una petición que no es facilmente desoíble.»

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Por otra parte, Mario Onaindía, secretario general de ElA -considerada como el auténtico brazo político de ETA (p-m)-, afirmó tajantemente en San Sebastián que el objeto de la lucha armada de ETA militar es que Herri Batasuna (HB) tenga más votos. «ETA militar planteó la lucha armada para sobrevivir a las elecciones del 15 de junio de 1977», manifestó, y añadió que HB se romperá en el momento en que empiece a participar en el juego institucional del País Vasco. «No quiere decir que ETA militar se vaya a romper también, pero sí se va a resentir, aunque es previsible que continúe o incremente su lucha armada después del 25 de octubre. La posible erradicación de ETA militar sería a muy largo plazo.»

Por lo que respecta a ETA político-militar, el antiguo militante de la organización y persona de gran influencia moral en la misma manifestó que se convertirá en el verdadero garante del Estatuto tras su aprobación.

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