Representación de una comedia mitológica de Calderón, con entrada gratuita

El Taller de Tercer Curso (TTC), de la Real Escuela Superior de Arte Dramático y Danza, presenta hoy, domingo, a las ocho de la tarde, en el Teatro Nacional María Guerrero, la obra La fiera, el rayo y la piedra, de Pedro Calderón de la Barca. La entrada es pública y gratuita; las localidades se pueden retirar en las horas habituales de la taquilla del teatro. La promoción que terminó sus estudios el pasado mes de junio en la Escuela centró su trabajo sobre el barroco y, en especial, en La fiera, el rayo y la piedra, comedia mitológica de Calderón

El director del Taller es José Estruch, y han colaborado en la investigación los profesores Francisco Nieva, Pilar Francés, Alfredo Carrión, Elvira Sanza, Juan Antonio Cidrón, Lourdes Ortiz, Josefina García Aráez, Santiago Ares, Joaquín Campomanes Maruja López Gómez, José Osuna, José Luis Alonso y Guillermo López.Según el director de la Escuela de Arte Dramático, Ricardo Doménech, el propósito fundamental del TTC es el desarrollo de un proceso creativo, el aprendizaje de cómo se hace un espectáculo. «Lo que el espectador tiene ante sí es un trabajo de escuela, con las limitaciones que ello comporta y también con sus atractivos inherentes de rigor y frescura.»

La fiera, el rayo y la piedra es una comedia simbólica y poética «donde triunfa, a la vez que el amor a la justicia, la ficción mitológica sobre la realidad desmitificadora del gracioso». Los profesores García Aráez y Ares añaden que «Calderón realizó un rigurosa construcción escénica asentada en una compleja estructura, que se manifiesta en los artificios del verso y en los tres planos de dioses, héroes y criados, en la agrupación tripartita de los personajes y en los tres conflictos amorosos que se desarrollan a lo largo de la comedia». La obra se estrenó en mayo de 1552, en el Buen Retiro y, después de la muerte de Calderón, volvió a representarse, con más lujo y escenografía, en el palacio virreinal de Valencia, en 1690.

Por su parte, José Estruch, director del TTC, opina que el espectáculo es una respuesta balbuceante, pero firme, a «la pregunta sobre cuán cerca están de nosotros nuestros clásicos». Añade que «la reluctancia inicial ante el tema de Calderón -supuestas connotaciones religiosas, sociales o políticas, rechazo del verso, ideología vetusta, teatro pasado que nada nos dice...- fue trocándose durante el trabajo en entusiasmo colectivo por la encontrada teatralidad de un posible Calderón actual. Todos los aportes de los integrantes eran en esencia y sin excepción del más puro estilo barroco: nuestro barroco».

Los escenógrafos Francisco Nieva y Juan Antonio Cidrón señalan que los estudiantes han concebido el espacio más cómodo para su actuación y expresión.