Daños superiores a mil millones en Ensidesa por las lluvias

La tormenta caída sobre la zona central de Asturias en la madrugada del martes produjo en las instalaciones avilesinas de Ensidesa graves daños, evaluados en mil millones de pesetas por algunos medios, aunque la empresa no ha reunido aún los datos suficientes para concretar la posible incidencia de este siniestro en el resultado del presente ejercicio. El año pasado Ensidesa perdió 12.400 millones de pesetas.La causa de esta catástrofe fue la caída de una imponente tromba de agua, que en muy pocos minutos imprimió gran potencia al arroyo de la Requejada, el cual rompió un muro de hormigón en el que abrió un boquete de diez metros, por donde se introdujo la riada en los sótanos de la acería donde se encuentran instalados los mecanismos de regulación y mantenimiento, que quedaron inutilizados. El aluvión de agua procedente del valle de Serín llegó a cortar una carretera, causó graves daños en algunas viviendas y afectó seriamente a la cola de la factoría siderúrgica, situada al final de la vaguada.

Las zonas más dañadas han sido la acería LD II, la más importante de Avilés, y el complejo de laminación Este, en el que quedaron paralizados los procesos de slaving, semicontinuo y laminación en frío. Algunas instalaciones no podrán ser reparadas totalmente antes del mes de enero, según manifestaron fuentes de la propia empresa. Se resentirá la producción de bobinas calientes de semicontinuo y de chapa temperizada, productos muy acabados, generadores del más alto valor añadido.

Un portavoz de Ensidesa aseguró ayer a EL PAIS que los canales del arroyo habían sido limpiados hace dos meses y descartó la posibilidad de que en la magnitud del accidente tuviera incidencia algún descuido de la Empresa Nacional Siderúrgica. En las instalaciones que dejaron de funcionar temporalmente a causa de los daños provocados por la riada trabajan 1.400 obreros, que se han sumado a las tareas de reconstrucción y puesta en marcha de las zonas afectadas. Se realizan con intensidad los trabajos de achique y reparación. La dirección de Ensidesa acordó, después de una reunión mantenida con el comité de fábrica, no recurrir a la suspensión temporal de empleo. Por su parte, el comité, después de valorar la situación de emergencia creada, dio su consentimiento a la pretensión de Ensidesa de llamar a los trabajadores a colaborar en las obras de reparación y puesta en marcha de las instalaciones paralizadas por esta inundación, que se produjo justamente al día siguiente de la llegada a Asturias de la revista Sábado Gráfico con un reportaje que califica a Ensidesa de «casa de citas» y trata de denunciar la existencia de una supuesta supercorrupción, desmentida categóricamente por la dirección de la empresa en un extenso escrito. Este reportaje ha causado en Asturias un malestar bastante generalizado. La UGT criticó duramente su contenido diciendo que «del árbol caído todo el mundo hace leña».

Las consecuencias de este siniestro vienen a empeorar la situación de Ensidesa, empresa que, con una plantilla de 26.000 trabajadores -considerada excesiva por su director general, José María Lucía-, se dispone a cerrar las instalaciones obsoletas de Mieres en medio de una fuerte oposición popular, y, que sus habitantes se resisten a ver convertido su municipio, de brillante trayectoria industrial desde la segunda mitad del siglo pasado en una «ciudad-dormitorio» de Oviedo.