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Los motores Diesel contaminan menos que los de gasolina

En contra del estudio realizado por la Delegación de Saneamiento y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, los motores Diesel, que utilizan gas-oil, contaminan tres veces menos que sus equivalentes que consumen gasolina. Estudios realizados por las Naciones Unidas, por la Administración norteamericana y por numerosos centros de investigación, así lo demuestran.En la actualidad, las normas más estrictas en cuanto a contaminación de automóviles se refiere son las norteamericanas. Sin embargo, los motores Diesel, que utilizan en su combustión gas-oil en lugar de gasolina, pasan con entera facilidad los controles. La razón es su bajísimo nivel de monóxido de carbono.

Por otra parte, estudios procedentes de las Naciones Unidas recomiendan la utilización de este tipo de mecánicas. La única objeción que revelan estos informes es que al ser tan favorable, tanto el aspecto de la contaminación como el del consumo -un motor Diesel gasta un tercio menos que su equivalente en gasolina-, puede producirse un desplazamiento en la demanda, con el consiguiente incremento en el consumo de gas-oil y el desequilibrio que ello produciría.

En países como Alemania, con un precio de gas-oil sensiblemente igual al de la gasolina, las ventas de los coches equipados con motores Diesel han subido espectacularmente. La causa de ello es, no sólo la superior duración de este tipo de motores frente a los de gasolina, sino que el conductor alemán, muy sensibilizado en materia de contaminación, es consciente de que los motores Diesel perjudican menos las condiciones atmosféricas.

Aunque el gas que exhalan los tubos de escape de los motores Diesel es más feo y tiene un aspecto más sucio y oscuro que el de los casi incolorés de gasolina, son menos perjudiciales. Esto no quiere decir que la combustión en los autobuses de la Empresa Municipal de Transportes madrileña sea correcta. Tampoco que lo sea la de muchos taxis. Pero la solución será el exigir un control sobre su correcta puesta a punto y no el eliminarlos con la errónea argumentación de que polucionan más.

Por otra parte, el deficiente funcionamiento de estos autobuses puede servir para que el Ayuntamiento madrileño comience a instaurar líneas servidas por autobuses eléctricos, que podrían sustituir, poco a poco, a los actuales. Esa labor ha sido ya emprendida en muchas ciudades europeas, como Londres, Ginebra, Lyón y varias más. El autobús movido por un motor eléctrico no produce contaminación, es más barato y su nivel de ruidos es sensiblemente más bajo.

Finalmente, la sustitución en todos los taxis, autobuses, furgonetas de transporte y camiones que ruedan en Madrid con motores Diesel, por otros que utilicen gases licuados, como propone la Delegación de Saneamiento y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, obligaría a una inversión valorada en cientos de millones de pesetas, a los que habría que añadir lo que costaría la adaptación general a la masificación de este nuevo tipo de combustible.

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