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Homosexuales italianos denuncian al Papa por difamación

Juan Arias

La asociación nacional italiana de homosexuales II Fuori, que es uno de los movimientos más fuertes y organizados de Europa y que cuenta con el apoyo incondicional del Partido Radical, ha denunciado pública y oficialmente a Juan Pablo II por «difamación». La denuncia la han entregado simultáneamente en doce fiscalías de la República.Es la primera vez que un Papa es denunciado ante un juez, el motivo que han alegado ante la Magistratura es el discurso del papa Wojtyla a los 360 obispos norteamericanos reunidos en una conferencia extraordinaria en Chicago, con motivo de la visita a Estados Unidos, la semana pasada.

El Papa había dicho textualmente a los obispos de América, recogiendo un documento de los mismos obispos de hace tres años, que «el comportamiento homosexual, diverso de la orientación homosexual, es moralmente deshonesto». En una conferencia de prensa en Roma, los líderes del movimiento Fuori Pezzana y Francone han dicho que «la afirmación hecha por el Papa en Chicago va más allá de la esfera religiosa, es un pronunciamiento en materia social, política y cultural que no puede dejar de acarrear daños graves a los homosexuales». «Se trata», añadieron los líderes del movimiento, «de una difamación gravísima porque fue hecha en una ocasión especial y que tuvo eco en todo el mundo». Según Pezzana, se ha tratado de una difamación que «pone sobre el tapete viejas discriminaciones en relación con las minorías y con los homosexuales en especial».

Il Fuori ha presentado también la denuncia ante la comisión europea de los derechos del hombre en Estrasburgo; la pregunta que se han hecho algunos observadores es si el Papa, que es un jefe de Estado, puede ser objeto de denuncia judicial por parte de un movimiento como Il Fuori. Sus líderes responden que no existen dificultades por el hecho de que Wojtyla sea jefe de Estado de un país extranjero, ya que el Código Penal italiano prevé la posibilidad de perseguir a los ciudadanos extranjeros cuando su conducta dañe a un ciudadano italiano.

Mientras tanto se habla cada día con mayor insistencia del deseo del Papa de celebrar este año la Nochebuena en Belén y de poder rezar con Begin y con Sadat en el Monte Sinaí para pedir la paz en el Oriente Próximo. El hecho de que haya sido retrasado a finales de enero el viaje a Filipinas, que en el discurso a la ONU el Papa haya hablado del problema de Líbano y de Jerusalén, ha sido interpretado como un ofrecimiento del Papa para convertirse en el mediador de un conflicto que, al parecer, nadie sabe resolver. Al parecer, Wojtyla espera sólo una invitación oficial del Gobierno de Jerusalén.

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