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Daniel Viglietti: "He sido siempre mezcla de memoria y anuncio"

Juan Cruz

Daniel Viglietti, cuarenta años, de mediana estatura, vestido de verde y marrón, habla moviendo lentamente unas manos en las que se perfilan unas uñas gruesas y rotundas, afiladas. Se expresa como si estuviera componiendo alguna de las canciones Para mi América o como si estuviera componiendo los versos de Trópicos. Se ha inspirado en otros poetas, como Vallejo, García Lorca, Alberti o Nicolás Guillén, y él mismo ha inspirado a otros cantantes, como Víctor Jara, Isabel y Angel Parra, Soledad Bravo, Mercedes Sosa o el grupo chileno Quilapayún.«Mi deseo era volver a Madrid y cantar en unas condiciones que en 1975 no tuve, para transmitir mis canciones en una sala adecuada, sin que esto excluya de mis recitales el clima crítico que siempre planteo en mis actuaciones con respecto a todo aquello que es enemigo de la creatividad humana, la libertad y todos esos etcéteras.»

La publicidad no ha subrayado los deseos de Viglietti, porque ayer mismo el cantante no había visto ni uno solo de los anuncios callejeros, que al parecer habían puesto en Madrid los encargados de su promoción. Viglietti lo lamenta, «aunque a los mejor los affiches fueran feos», porque «los beneficios que obtenga en la gira que me ha traído hasta aquí, y que luego me llevará a Latinoamérica, van a ser la base económica de la reaparición de los cuadernos de la revista uruguaya Marcha, que va a ser editada de nuevo en México, dirigida por Carlos Quijano».

Identidad

A desalambrar, de Daniel Viglietti, es la canción del compositor y cantante uruguayo que mayor circulación e influencia ha tenido en la música latinoamericana de esta década. «Fue la que fijó el estereotipo», dice Viglietti sonriendo. «Es muy uruguaya porque contenía todo el pensamiento de José Artigas, el primero que redactó en mi país un reglamento de reforma agraria, a principios del siglo XIX.» Ahora las canciones de Daniel Viglietti «tienen otro tenor»: el de la composición Identidad, cuyo estreno en España se produjo anoche en el Alcalá Palace. «Es un poema de búsqueda y rebúsqueda, en el que se articula el yo, en el sentido más generoso de esta difícil palabra, con el nosotros.»Seis años lleva en el exilio Daniel Viglietti. Durante ese tiempo, después de siete discos largos y de incontables giras internacionales, el compositor afirma «vivir una relación de autenticidad con el proceso de mi país, cuidando no perder el auténtico material sobre el que trabajo».

Daniel Viglietti vuelve a España cuando este país parece sufrir una saturación de música latinoamericana. Al problema se enfrenta Viglietti así: «Lo que observo es que en medio de la diáspora latinoamericana hay un abanico de productos culturales, algunos buenos y otros malos. A la vez, el proceso interno que ustedes viven ahora no les permite tener aquella visión pasional, políticamente pasional, con que se contemplaba el fenómeno de que hablamos. Pero esta exigencia puede ahora producir una vuelta al equilibrio.»

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