Las dos Chinas
«(...) El colonialismo había encontrado en el siglo XIX una China adormecida. Despertada por él, se iba a rehacer contra él. Yo creía, y lo escribí a mi regreso, que sería tal vez a través del socialismo. (...)En 1979 me parece entrever la aurora de una tercera China, donde un occidental podrá expresar sin reserva la simpatía fundamental que inspira un pueblo inteligente, industrioso, admirable de coraje en su lucha milenaria contra circunstancias adversas, entre las cuales se cuenta su excesiva natalidad. Este pueblo merece que encuentre un régimen político digno (...)
Sé todo lo que puede moderar el optimismo. El año pasado, ante la sorpresa del giro a la derecha de Pekín, Occidente ha supervalorado la magnitud actual del mercado chino y subestimado las difícultades de la liberación. China sigue siendo comunista, dictatorial, capaz de bruscos cambios políticos y, sobre todo, enfrentada a un Vietnam armado por la URSS, que la puede apartar de reformas interiores. (...)»
2 de septiembre
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