Optimismo del delegado español ante el FMI

La economía española crecerá en el próximo año en una «tasa ligeramente superior a la media prevista para los países industriales», pese al «adverso contexto internacional y a que el Gobierno se propone evitar cualquier estímulo artificial y limitar el crecimiento de los gastos públicos corrientes», según manifestó ayer, ante la XXXIV reunión anual del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, el ministro español de Hacienda, Jaime García Añoveros.En un discurso notablemente optimista sobre la situación económica española, que en algunos puntos contrastó con la atmósfera pesimista y hasta catastrófica que los directores y delegados del FMI presentaron en el encuentro de Belgrado sobre la economía mundial, García Añoveros también señaló que la consecución de estos objetivos «comportará esfuerzos y sacrificios nacionales importantes».

El paro, primer problema

La exposición de García Añoveros reflejó primordialmente el compromiso adquirido ante el Parlamento con el programa económico del Gobierno (PEG), para sanear y reformar la economía española, con un énfasis mayor «para abordar las tensiones de desempleo, que es nuestro más grave problema en los momentos actuales».La simple redacción de esta frase, que sitúa en el desempleo el problema más grave de la economía española, contrastó nuevamente con la mentalidad y filosofía del encuentro de Belgrado, que de una forma contundente cifra en la inflación el problema más serio de la economía de los países industrializados.

Al referirse a la inflación, el ministro español señaló que, en el terreno de los precios, España ha obtenido «resultados importantes». Así, añadió que «la tasa de inflación, que se había elevado hasta un 26% a lo largo de 1977, descendió a un 16,5 % en 1978 y experimentará una nueva reducción en el año actual, a pesar de las nuevas presiones inflacionistas que afectan a la economía mundial». García Añoveros interpretó estas cifras como un signo del paulatino acercamiento de España hacia las tasas inflacionistas de los países de la OCDE, donde no se esperan crecimientos de los precios por encima del 10-12%.

El alza del sector exterior

Uno de los puntos más optimistas que, en opinión del discurso del ministro español, ofrece la situación económica española fue el del sector exterior. García Añoveros se congratuló de la opinión favorable del informe anual del FMI sobre el sector exterior español y adelantó que, tras un superávit de 1.500 millones de dólares en 1978, el Gobierno español espera obtener este año todavía un modesto superávit en la balanza por cuenta corriente, que presumiblemente pasará a ser deficitaria el próximo año.«Debo subrayar», señaló el ministro español, «que España ha logrado este saneamiento de sus cuentas exteriores sin acudir a devaluaciones competitivas ni a incrementos de los grados de protección comercial.» No hubo ninguna mención, sin embargo, al hecho de que empresas españolas hayan concertado en los siete primeros meses del año 38 préstamos sindicados en el mercado de capitales internacional, extremo que a su vez también refleja la confianza de muchos inversores en la situación española.

En cuanto a los temas específicos del FMI, García Añoveros se mostró favorable a la creación de la cuenta de sustitución, que sea voluntaria y que ofrezca unas condiciones de rentabilidad, liquidez y transferibilidad que la hagan atractiva. No obstante, el ministro español señaló los inconvenientes de que esta cuenta afecte negativamente a los mercados financieros internacionales.

Por último, el ministro español se felicitó de la decisión del FMI de incrementar en 40.000 millones de dólares el capital de la institución; pidió un mayor apoyo del Banco Mundial a los proyectos energéticos y sanitarios; estimó conveniente las recomendaciones del comité de desarrollo de incrementar sustancialmente los préstamos del programa y, en cuanto al FMI, pidió una rápida decisión sobre el montaje global y distribución de la sexta reposición de fondos.

En el plano bilateral con el FMI y el Banco Mundial, el ministro español anunció la decisión del Gobierno de ampliar a cincuenta millones de dólares su contribución para la financiación de la Asociación Financiera Internacional (hasta ahora no había superado los 37 millones de dólares).