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Tensiones en el funeral del concejal de Herri Batasuna

La tensión se desbordó ayer a la salida de la iglesia donostiarra de San Vicente, donde se celebró, a la una del mediodía, el funeral por Tomás Alba, concejal de Herri Batasuna, del Ayuntamiento de San Sebastián, abatido a tiros en la madrugada, del viernes. Finalizada la ceremonia religiosa -el templo estaba abarrotado de gente-, un grupo reducido de personas provocó insistentemente de palabra y de obra a varios corporativos del Partido Nacionalista Vasco. Mientras que el alcalde de la ciudad, Jesús María Alcaín, tuvo que ser protegido por la Policía Municipal, otros tres concejales del PNV eran insultados, al tiempo que recibían algún golpe en la puerta de la iglesia.La autoridad municipal fue calificada de «asesina», y María Pilar Larraina, Markel Izaguirre y Carmen Pérez Martínez. tuvieron que soportar también la agresividad verbal y física de varias personas que se encontraban en el exterior del templo.

Los incidentes, que no tuvieron mayores consecuencias, dieron paso a una manifestación perfectamente ordenada, en la que unas tres mil personas expresaron por las calles de San Sebastián su repulsa por esta agresión brutal, que, tras los primeros momentos de confusión, pocas personas dudan ya en atribuirla a las bandas fascistas españolas. En un primer momento se había creado un desconcierto real -Tomás Alba era una persona controvertida políticamente dentro de la coalición Herri Batasuna-, pero el viernes a últimas horas de la tarde un comunicado de la rama militar de ETA, distribuido por los canales habituales, aseguraba que la organización armada vasca no había intervenido en esta acción violenta.

En el transcurso de la manifestación, otro grupo de personas arrojaron pesetas a varios clientes de la cafetería Gaviria que permanecían sentados en la terraza. En ese momento arreciaron los gritos de «burguesía, asesina, ETA, mátalos» y «Vosotros, fascistas, sois los terroristas». La concentración finalizó hacia las dos y cuarto de la tarde y, dos horas después, estaba prevista la celebración de una asamblea de los cargos electos de Herri Batasuna en una reunión abierta al público en el Ayuntamiento de San Sebastián.

El cadáver de Tomás Alba había sido trasladado a las ocho de la mañana desde el salón de plenos del Ayuntamiento al cementerio de Polloe, donde se le practicó la autopsia. Horas más tarde, el féretro con los restos mortales del concejal de Herri Batasuna fueron conducidos al barrio de Astigarraga, donde fueron inhumados.

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