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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Pantalla cerrada

DURANTE LOS tres últimos meses, una vez por semana aproximadamente, los telespectadores han podido contemplar una experiencia inédita en la pequeña pantalla española. RTVE y No-Do propiciaron la producción de una serie de programas, informativos o de análisis de la actualidad, encomendados a importantes empresas periodísticas y medios de comunicación españoles y extranjeros. Los resultados han sido, desde luego, inferiores a los en principio proyectados, pues no han llegado a emitirse ni siquiera la mitad de los programas que se encargaron. Muchos de nuestros lectores se han extrañado de que EL PAIS no haya aparecido en esta operación, en la que han estado presentes otros importantes diarios españoles, cuyas producciones han podido ser contempladas a través de la pequeña pantalla. Nuestros lectores merecen una explicación por esta ausencia, que, de todas formas, ha sido completamente ajena a la voluntad de EL PAIS.Efectivamente, este periódico recibió la oferta de producir, tomando como base un proyecto propio, un programa dedicado a la serie Pantalla abierta. De la producción y realización se encargaría un equipo de No-Do, dirigido por las personas que designara EL PAIS. El tema elegido por nuestro periódico fue el de las «tramas negras», esto es, el terrorismo de extrema derecha en España y Europa. El guión estaba ya preparado a finales de 1977, y en cualquier momento a partir de entonces se podía iniciar el rodaje.

No-Do y RTVE pagaron a EL PAIS, de acuerdo con lo convenido, los derechos del guión, pero luego no se hizo el programa, al tiempo que se nos decía que si EL PAIS cambiaba el tema del mismo sí podría nuestro periódico estar en pantalla.

En el mes de mayo pasado, el director en funciones de No-Do nos informaba definitivamente que la realización del tema propuesto no había sido considerada conveniente. De esta manera se cerró para nosotros la pequeña pantalla, ejerciendo una censura digna de los mejores tiempos.

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La verdadera gravedad del hecho reside en la actuación censoria de RTVE sobre un tema cada vez más preocupante: la ascensión de los grupos y bandas fascistas y nazis en Europa, el terrorismo por ellas desatado y las oscuras combinaciones que mantienen en algunos casos con zonas del poder. Las «tramas negras» fueron, una realidad ignorada por la Pantalla abierta de TVE. Pero existen, aunque no se quiera hablar de ellas.

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