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Ante el Congreso Extraordinario del PSOE

Sectores del PSOE buscan un "cambio de imagen" respecto a la anterior dirección

El Partido Socialista Obrero Español inaugura hoy su Congreso Extraordinario en medio de una marea de negociaciones y contactos, para tratar de encontrar una salida a la crisis de los últimos meses, que permita un cambio de imagen y una mejora del deterioro ocasionado por la extensa polémica y la división de los socialistas en dos y hasta en tres sectores. La continuidad de Felipe González no está en duda; parece improbable una resolución política mucho más moderada que la de congresos anteriores, aunque es igualmente improbable una resolución radical; y la mayor duda está en el equipo de dirección que acompañará al secretario general.

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Inicialmente se parte, según las fuentes consultadas por EL PAIS, de las siguientes ideas: existen bastantes posibilidades de llegar a un acuerdo mayoritario en torno a una resolución política no moderada ni radical, pero habrá discusión sobre los matices de cada tema; hay varias operaciones en marcha para la formación de la nueva comisión ejecutiva, sobre la base de una integración de varios sectores y no sobre listas de carácter «monocolor», y existe igualmente la impresión de que, si dichas operaciones fracasaran, en el último momento Felipe González presentará su lista, y el sector crítico probablemente haga lo propio con la suya, polarizando así al congreso en dos opciones. Ambas serían muy diferentes en cuanto al grado de adhesión, puesto que la mayor parte de las federaciones tienen previsto votar a Felipe González.Apoyarse en varios sectores

Desde los sectores moderados, centristas e incluso centro-izquierdistas -ya no se sabe cómo acertar en las denominaciones- existen intentos de negociación para formar una candidatura a la ejecutiva dirigida, naturalmente, por Felipe González, con Alfonso Guerra como número dos, pero sin tantos hombres próximos al ex secretario general, y dando entrada a un cierto número de centristas o centro-izquierdistas, como puedan ser Ciriaco de Vicente, María Izquierdo o Raimón Obiols, así como a algunos sindicalistas (no necesariamente Nicolás Redondo) y alguno de los intelectuales del partido. Este proyecto conservaría como núcleo de la ejecutiva a un reducido número de personas de la anterior dirección: Ramón Rubial, Felipe González, Alfonso Guerra, Javier Solana, Carmen García Bloise y muy pocos más. En esta línea no serían incluidas personas claramente moderadas ni tampoco radicales.

A su vez, la corriente denominada como tercera vía y personas significadas por su labor en el partido, pero no adscritas directamente a los sectores que han protagonizado la polémica, piensan favorecer -si las circunstancias fueran favorables- una «candidatura de integración», en la que se incluyeran miembros de los sectores moderado, tercera vía y críticos.

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En cuanto al profesor Tierno, alcalde de Madrid, su única actividad partidaria durante los últimos días parece haberse limitado a un almuerzo con Felipe González el pasado sábado. La creencia general es que Enrique Tierno volverá a ser presidente de honor si él lo desea, o simplemente no figurará en la nueva ejecutiva, salvo imprevistos.

Estas impresiones previas a la apertura del Congreso responden a las preocupaciones e inquietudes detectadas en todos los sectores del partido, unas horas antes de la inauguración del mismo. La cristalización de alguna de las operaciones en marcha, o su brusca sustitución por una nueva relación de fuerzas, depende de la marcha del congreso. La mayor parte de las fuentes consultadas piensan que «todo está mucho más atado» esta vez que en el 28.º congreso, aunque no se oculta un punto de duda en ellas, sin duda derivado de las sorpresas proporcionadas por el congreso anterior.

El modelo de partido

Además de los problemas derivados de la elección de la nueva ejecutiva y la discusión de la línea política, en el fondo de la polémica y en el intento de solución de la misma subyace la preocupación por el modelo de partido. Aunque los estatutos del PSOE están aprobados desde el 28.º congreso y no pueden ser objeto de revisión en el que hoy comienza -dado su carácter extraordinario, con un orden del día muy limitado-, los distintos sectores tienen ideas relativamente distintas en cuanto al desarrollo de la organización socialista en el futuro inmediato: los moderados tienen la idea de fortalecer la formación de cuadros y reforzar los grados de responsabilidad y disciplina interna; los radicales hablan de partido de masas y partido de lucha, con una gran autonomía de las distintas federaciones, incluso económica. En medio, otros sectores toman elementos de ambas concepciones o tratan de no poner obstáculos al desarrollo conjunto de las dos.

La primera tarea de la nueva ejecutiva del PSOE, a partir del 1 de octubre, va a dirigirse a reconstruir y consolidar el partido, así como a dar un cierto giro al modelo organizativo existente. En este punto, un triunfo moderado (o moderado-centrista) puede suponer el intento de consolidación de proyectos apenas iniciados en la etapa previa a las elecciones generales del 1 de marzo, tales como inversión en la formación de cuadros y aplicación de técnicas modernas de gestión. Completará dicho proceso el mantenimiento de una red de agrupaciones locales de base, pero evitando que «cada una de ellas se convierta en un pequeño parlamento», en palabras de un hombre destacado del sector moderado; es decir, se buscará una mayor profesionalización del partido y el abandono de «mentalidades arcaicas y de clandestinidad», preparándose para afrontar en mejores condiciones las elecciones generales de 1983, si antes no ocurre algo que obligue a un cambio de planes.

Por su parte, la postura del sector crítico es la de concebir al PSOE como un «partido de militantes», de forma que se evite su conversión en una organización de afiliados sin militancia. Igualmente se prevé una potenciación de los órganos de base (locales y comarcales), la autonomía económica de las federaciones y la preservación de la democracia interna. El sector crítico no excluye -así está recogido, por ejemplo, en la ponencia de Madrid- la promoción de estructuras horizontales y comisiones «especializadas y autogestionadas» para temas concretos.

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