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Temor a una nueva subida de los precios del crudo como consecuencia de la baja del dólar

Arabia Saudí anunció ayer su intención de producir durante el resto del año 9,5 millones de barriles de petróleo diarios, es decir, más de un millón por encima del límite que se había fijado a principios de 1979. El aumento real de la producción saudí, que de hecho era ya de ese nivel desde el pasado junio, aleja los temores de un desabasteciamiento de crudo en el mercado y ayuda eventualmente a que se mantengan estables los precios. No obstante, ayer circularon serios rumores en Rotterdam, principal centro del mercado spot de crudo de entrega inmediata, sobre una posible subida de los precios, hasta un límite de cinco dólares por encima de los niveles acordados en Ginebra el pasado 28 de junio, a cargo de Nigeria, Argelia y Libia. La entrada en vigor de estos precios sería el 1 de octubre. Nigeria ya decidió una subida de cinco dólares la semana pasada.

Las informaciones, de fuentes de difícil confirmación, en torno a eventuales ajustes de precios del crudo suelen ser normales cuando se cumple un determinado período largo después de la última subida acordada por la OPEP. Esta vez, además, coincidieron con la celebración ayer, en Viena, de una sesión de los ministros de Finanzas de los países miembros del cartel productor de crudos. No obstante, parece seguro que los ministros de Finanzas ni siquiera abordaron el tema de la subida de precios (que, según sus propios acuerdos de junio, sólo debe decidirse en la próxima conferencia, en Caracas, el próximo diciembre) y se concentraron más en los aspectos monetarios y financieros derivados de la continua baja del dólar en los mercados internacionales de cambio.A este respecto, ayer se registró en todos los mercados, y por segundo día consecutivo, un movimiento especulativo en torno al dólar, que, debido a una fuerte corriente de compra de libras esterlinas por parte de algunos países del Próximo Oriente, hacían presentir la posibilidad de un acuerdo de los ministros de Finanzas de la OPEP en contra del dólar. Según informaciones circulantes en los mercados de Londres y Francfort, la OPEP podría decidir en las próximas semanas un nuevo sistema en los pagos del crudo, según el cual la relación petróleo-dólar, que ha dominado el mercado durante décadas, quedaría rota en favor de la obligatoriedad de los países consumidores de pagar sus facturas petrolíferas en libras esterlinas.

Estos rumores, más tarde desmentidos, hicieron caer la moneda norteamericana a los niveles más bajos desde principios de año, mientras que la libra británica ascendía a niveles desconocidos últimamente. Simultáneamente, el precio del oro volvía a batir nuevos récords, después de los declives de las últimas jornadas. Aunque los rumores fueron desmentidos, lo que sí parece cierto es que los ministros de la OPEP reunidos en Viena consideraron, como materia prioritaria, la continua baja del dólar en los mercados y trataron, en este sentido, de buscar fórmulas que les compensen de esta caída.

De hecho, el propio ministro de Petróleo de Arabia Saudí, jeque Yamani, advirtió durante la última reunión de la OPEP en Ginebra que la organización se vería en la necesidad de modificar sus precios si el dólar bajaba de un determinado límite, que el ministro saudí estimó en un 5% por debajo del nivel que tenía el 28 de junio. Algunos países árabes y africanos productores de petróleo mantienen que el dólar ha bajado ya ese nivel y consideran urgente, en este sentido, un reajuste de los precios. Tal es el caso de Nigeria, que unilateralmente decidió la semana pasada una subida de hasta cinco dólares en algunos de sus crudos, sobrepasando el límite máximo de 23,5 dólares/barril.

Satisfacción norteamericana

Pese a estas presiones de algunos miembros de la OPEP para un eventual incremento de los precios de los crudos -se habla de una subida hasta veintiocho dólares por carril-, muchos expertos estiman que es bastante improbable un aumento institucional de los precios de la OPEP hasta la reunión ministerial de Caracas, el 19 de diciembre de 1979. Las razones apuntadas para esta hipótesis son los aumentos de producción decididos por el principal suministrador de crudo a Occidente (Arabia Saudí), junto al hecho de que Estados Unidos haya decidido poner fin a sus acopios de petróleo, de cara al duro invierno que se avecina. Estos dos factores, a los que hay que sumar los cortes en el consumo acordados por los siete grandes (Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón, RFA, Francia, Canadá e Italia) en la cumbre de Tokio y ratificados el miércoles en París, hacen presumir que el mercado permanecerá estable hasta finales de año, es decir, que la demanda no superará, como a primeros de 1979, la oferta.Dentro de este contexto deben englobarse las felitaciones de ayer del presidente norteamericano, Jimmy Carter, por la promesa de Arabia Saudí de mantener a un alto nivel su producción. El presidente Carter declaró ayer, a través de un portavoz de la Casa Blanca, que la decisión saudí era «un complemento constructivo a las decisiones de los consumidores para restringir el uso de crudo y buscar otras fuentes alternativas de energía».

La decisión de restringir la dependencia del petróleo producido por la OPEP fue ratificada, en París, por los siete principales países de Occidente. En una reunión de sus ministros de Energía, los siete grandes acordaron limitar a los niveles del pasado año sus importaciones de crudo hasta 1985. En este sentido, Estados Unidos limitará a 8,5 millones de barriles diarios sus importaciones, mientras que los países de la CEE, con ligeras variaciones para cada uno, no podrán importar más que lo que hicieron durante 1979. Caso aparte es el de Gran Bretaña, que prometió pasar en dicho período a ser un exportador neto de petróleo, en lugar de continuar importando, como el pasado año, la mitad del crudo que consume.

Dentro de las decisiones de la reunión de París, según informa nuestro corresponsal en la capital gala, también se llegó a un acuerdo sobre la necesidad de controlar los mercados libres de crudo, como los de Roterdam, Génova y los del Caribe. Aunque todavía aparece muy lejano un acuerdo global que, de manera efectiva, ponga un coto a este mercado -principalmente, debido a la oposición del principal beneficiario (Holanda) y los principales clientes de los mercados spot, la República Federal de Alemania y Japón-, se han dado algunos pasos constructivos en tal sentido, según pusieron de manifiesto los ministros reunidos en París.

El diálogo OPEP-países industrializados

En otro aspecto relacionado con la energía, ayer se filtró la propuesta de Argelia y Venezuela, dentro de la OPEP, para iniciar un diálogo abierto con los países industrializados en torno al tema petrolífero. Esta idea ya circuló como posible dentro de los círculos cercanos a la última reunión de la OPEP, pero, al parecer, los argelinos ya han matizado los términos de este diálogo y quieren que se extienda a otros productos y materias primas y que, además, se celebre en el contexto del sistema de Naciones Unidas.La necesidad de un diálogo OPEP-países consumidores fue puesta de manifiesto, por vez primera, en la conferencia Norte-Sur, celebrada en París a partir de 1974, pero ahora los países consumidores no parecen ver con mucha ilusión esta propuesta de Argelia, precisamente porque al incluirla dentro de la ONU y hacerla extensible a otras materias primas, su efectividad real consideran que sería nula. En este sentido, los países consumidores e speran mucho más de los diálogogos ya iniciados con la OPEP, como el que esta organización mantiene con la CEE, o como el que se iniciará a primeros de octubre en Viena entre expertos de la OPEP y representantes de las principales compañías petrolíferas mundiales.

En todos estos intentos de diálogo, de lo que se trata es de buscar fórmulas para acercar la oferta posible de crudo de los países de la OPEP y las necesidades de los consumidores. En otras palabras, de evitar crisis periódicas en el mercado como la que ocurrió a primeros de este año.

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