Denuncian malos tratos en la cárcel de Herrera
Un grupo de veinte abogados que tienen a su cargo la defensa de varios presos internos en la prisión de máxima seguridad de Herrera de la Mancha (Ciudad Real), de reciente creación, ha denunciado ante el fiscal general del Estado, Juan Manuel Fanjul, la existencia de malos tratos a los detenidos en dicho centro penitenciario.Los abogados denuncian, en primer lugar, el entorpecimiento de la comunicación con sus defendidos, que sólo pudo efectuarse con algunos de ellos, uno por uno y a través de un solo locutorio de los diez existentes, en virtud de «órdenes superiores» y «por razones de seguridad», según declaró el director de la cárcel a algunos de los denunciantes.
Los abogados denuncian a continuación el «estado de postración física y mental, realmente impresionante», observado en sus clientes, «mostrándose todos ellos aterrorizados y con síntomas evidentes de encontrarse bajo una tremenda coacción, hasta el punto de temblar y musitar frases que denotan una deformación alarmante de su personalidad ». Este estado físico y mental es relacionado por los abogados denunciantes con «los malos tratos y vejaciones que han venido recibiendo los internos desde su llegada a dicho centro».
Los abogados denunciantes resumen los citados malos tratos en los siguientes hechos:
a) Al llegar las conducciones provinentes de otras cárceles, los presos son bajados del furgón y pasados a través de un túnel de funcionarios, que les golpean utilizando incluso porras eléctricas. Son pasados a continuación al departamento de cacheo y, una vez desnudados, se les obliga a permanecer largo rato de puntillas y apoyados contra la pared, utilizando para ello tan sólo un dedo de cada mano.
b) Al llegar se les advierte acerca de que en la cárcel de Herrera de la Mancha están expuestos en cualquier momento a recibir una paliza como la que al llegar han recibido; de hecho, tienen luego oportunidad de confirmar esta advertencia en numerosas ocasiones. Así, cuando la celda tiene algo de polvo, cuando se permiten mirar a un funcionario a la cara, cuando al salir de la celda no caminan mirando al suelo y con los brazos en la espalda.
c) Es de gran importancia resaltar lo que tiene de tortura psicológica mantener a un ser humano durante meses sin hablar ni comunicarse con nadie, sin noción del tiempo (se les quita el reloj), con la permanente amenaza de una paliza y sin posibilidad de saber cuándo y de qué manera acabará esta situación.
d) Los presos con suficiente valor para hacerlo no tienen ninguna posibilidad de denunciar esta situación, ya que la correspondencia es sistemáticamente interceptada. Las comunicaciones con familiares son intervenidas y suspendidas en el caso de que la conversación se refiera a la situación interna del centro.
Tras exponer estos hechos, los denunciantes solicitan del fiscal general del Estado un esclarecimiento de los mismos, «adoptando las medidas que en derecho procedan hasta llegar a la sanción pública de quienes los puedan estar cometiendo en la actualidad».
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