La Union Soviética y China tratarán de normalizar sus relaciones
La negociación chino-soviética que comenzará en Moscú en las próximas horas se basará, en primer lugar, en la redacción de un documento político, cuyo principio ya se evocó en los anteriores intercambios de notas desde abril y que debe formular «los principios sobre los cuales deben fundamentarse las relaciones entre los dos países».
El documento, de manera más modesta, pretende la continuidad del Tratado de Cooperación Chino-Soviético de 1950, que expira la próxima primavera y que China anunció que no piensa renovarlo.Las conversaciones versarán además sobre problemas fronterizos y, si es posible, buscar una conclusión a las negociaciones que se mantienen en Pekín desde hace diez años. También, chinos y soviéticos pretenden debatir sus relaciones comerciales y sus intercambios científicos, tecnológicos y culturales.
A partir de este programa general será necesario fijar un orden del día. Cada parte presentará sus proposiciones y la discusión comenzará sobre esta base.
Dos cuestiones protocolarias, pero significativas, deberán ser arregladas desde un principio. Primero, el lugar de las entrevistas: China propone que las negociaciones sean alternativas en Moscú y Pekín. Los soviéticos prefieren que se celebren en su capital de principio a fin. Pero cederían en este punto si las conversaciones fronterizas fuesen también alternativas.
Los dos países parecen abordar con seriedad las conversaciones. Ni uno ni otro parecen dispuestos a llevar a cabo un simple ejercicio de propaganda ideológica. Ha sorprendido la designación de Iichev por parte soviética (lleva sin éxito las negociaciones fronterizas y se habló de «hombres nuevos»), pero se dice que es el más capaz entre los especialistas disponibles en la URSS. Wang Yubing, por su parte, dejó buen recuerdo en Moscú, antes de su vuelta a Pekín como viceministro de Asuntos Exteriores.
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