Marcelino Oreja: "No podemos negar a Israel su derecho a la existencia reconocida por la ONU"
El ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, intervino ayer en la 34,1 Asamblea de las Naciones Unidas, para exponer las grandes líneas de la política exterior española. El reconocimiento explícito del derecho a la existencia del Estado de Israel y sendos llamamientos para que la ONU regule el tráfico de armas convencionales y formule un plan de acción contra el terrorismo a nivel internacional fueron las novedades más destacables en el discurso del ministro español respecto a sus intervenciones de años anteriores.
A lo largo de su discurso, de veinticuatro folios, el señor Oreja pasó revista a las zonas de tensión en la escena internacional, resaltó la «vocación europea» de España, e insistió en que las relaciones con América Latina son una de las dimensiones fundamentales de nuestra política exterior.Refiriéndose al terrorismo, el ministro de Asuntos Exteriores dijo que la principal característica es su dimensión internacional, por lo que la «reacción de las sociedades libres y democráticas tiene que concertarse también en el plano internacional, para defender solidariamente el funcionamiento de sus instituciones y garantizar el primero de los derechos de sus ciudadanos: el derecho a la vida».
El señor Oreja dijo que España ha suscrito el convenio europeo sobre represión del terrorismo y ha unido sus esfuerzos a los de los países del Consejo de Europa para combatir esta «nueva forma de totalitarismo que, al margen de la razón y de la ley, pretende imponer por la fuerza sus propias soluciones violentas y desesperadas».
España, añadió el ministro, «reitera su llamamiento ante esta tribuna para que las Naciones Unidas superen las dificultades y sean capaces de formular un plan de acción concreto para luchar eficazmente contra este último reducto de la irracionalidad y la barbarie».
Previamente, durante una conferencia de prensa con los corresponsales españoles, el señor Oreja había expresado su consternación ante el asesinato del gobernador militar de Guipúzcoa, general González Vallés, para quien tuvo palabras de elogio, y afirmó que la aprobación del Estatuto es la vía para resolver los problemas del País Vasco.
Al examinar el conflicto de Oriente Próximo en su discurso, el ministro de Asuntos Exteriores dijo que España reitera su convencimiento de que el reconocimiento y ejercicio de los derechos nacionales del pueblo palestino, incluido el derecho a una patria, y los principios contenidos en las resoluciones 242 y 338, deben constituir la base para una paz justa, que dé satisfacción a todas las partes interesadas.
En una clara referencia a los acuerdos de Camp David, el ministro dijo que no constituyen todavía la solución global, porque quedan cuestiones por resolver, como las que afectan al futuro del pueblo palestino.
Tras hacer un llamamiento a la flexibilidad y la negociación, Marcelino Oreja dijo que «no podemos negar a Israel su derecho a la existencia, porque las Naciones Unidas han reconocido a todos los Estados de la zona el derecho a vivir en paz, dentro de fronteras seguras y reconocidas».
En su conversación con los periodistas, el ministro señaló que es la primera ocasión en que España reconoce explícitamente el derecho a la existencia del Estado hebreo. Sin embargo, la postura oficial española sobre este problema ha contenido siempre un reconocimiento implícito, al apoyar las resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad de la ONU, en las que se habla de fronteras seguras para los Estados de la región.
El señor Oreja se refirió muy brevemente al tema de Gibraltar, calificando la presencia británica en la Roca como un «persistente elemento conflictivo en la región mediterránea», y denunció la «injusticia que representa la perpetuación en nuestro territorio de una presencia colonial».
El ministro español, que mantendrá varias entrevistas con sus colegas de otros países durante su estancia en Nueva York, tiene previsto un encierro con el nuevo .secretario del Foerign Office, lord Carrington. El señor Oreja se entrevistará hoy, martes, con el ex secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger, a petición de éste, y horas después, con el actual secretario, Cyrus Vance.
Pocas novedades contuvieron las palabras del señor Oreja sobre el problema del Sahara occidental, aunque reconoció que en las últimas semanas se han producido acontecimientos que afectan a los plateamientos de la zona. «La posición del Gobierno español», dijo el ministro, «consiste en la búsqueda de una solución justa y satisfactoria para todas las partes sobre la base de los principios y resoluciones de la ONU y la OUA, y del respeto al derecho de los saharauis a la libre determinación. »
Críticas de los parlamentarios
En esta ocasión, quinta que el señor Oreja intervine ante la Asamblea General de la ONU, acompañaban al ministro ocho representantes de las principales fuerzas políticas españolas con representación en el Parlamento.
El partido gubernamental, UCD, está representado por Javier Rupérez, Ignacio Camuñas y Luis Miguel Enciso. El Partido Socialista Obrero Español, por Emilio Menéndez del Valle; el Partido Comunista, por Manuel Azcárate; Coalición Democrática, por José María de Areilza; Alejandro Rojas Marcos representó al Partido Socialista de Andalucía; Marcos Vizcaya, al Partido Nacionalista Vasco, y Marcia Alavedra, a Convergencia Democrática de Cataluña.
El representante del PSOE comentó después a los periodistas españoles que el discurso es un fruto más de la incongruencia del Gobierno, tanto en política exterior como en interior. Criticó esencialmente la alusión del ministro al Sahara y el hecho de que no se hubiera referido al Frente Polisario y, entre los aspectos positivos, citó lo que interpreta como un «no» del Gobierno a los acuerdos de Camp David.
Para Manuel Azcárate, del PCE, la referencia al Sahara figura también entre lo peor del discurso del señor Oreja. España tiene una « responsabilidad moral» en el territorio y debe emprender iniciativas concretas que obliguen a Marruecos a negociar. Los aspectos mejor acogidos por el representante comunista fueron la alusión a la seguridad del Mediterráneo, las referencias a Africa, Nicaragua y Panamá, y la voluntad negociadora expresada por el señor Oreja en el tema de Gibraltar. Alejandro Rojas Marcos, del PSA, encontró positivas las referencias a los emigrantes y a la cooperación entre Estados ribereños del Mediterráneo, mientras que criticó el enfoque dado al problema del Sahara, ya que, en su opinión, hay que denunciar el acuerdo de Madrid.
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