La izquierda acepta la postura de UCD sobre composición de las Juntas de distrito
El grupo de concejales de Unión de Centro Democrático consiguió ayer su primera victoria frente a la mayoría de izquierdas en el seno del Ayuntamiento de Madrid: pese a que, tanto socialistas como comunistas, se negaron la semana pasada a admitir la enmienda presentada por UCD sobre la composición de las juntas municipales de distrito, un nuevo decreto de la alcaldía -que habrá de desarrollar el anterior - equivaldrá a la enmienda rechazada. Es decir, las juntas no tendrán en ningún caso menos de cuatro concejales.
A pesar de ese acuerdo, los concejales de UCD no asistieron al pleno extraordinario que, convocado por segunda vez, tenía que dar el visto bueno al presupuesto de la Gerencia Municipal de Urbanismo, vital para el funcionamiento del Ayuntamiento. En el fondo de toda esta discusión persisten -aunque UCD lo niega- los deseos ucedistas de acceder a la presidencia de una serie de juntas, número ahora concretado por los socialistas en tres y seis.El pleno extraordinario del Ayuntamiento de Madrid, convocado por segunda vez, no se pudo celebrar tampoco ayer, por la ausencia de los concejales de Unión de Centro Democrático. Por segunda vez, pues, quedó sobre la mesa la aprobación del presupuesto especial de la Gerencia Municipal de Urbanismo y la emisión de deuda pública que ha de propiciarlo.
Sin embargo, en esta ocasión, la no presencia de los concejales de UCD en el salón de sesiones no estaba directamente motivada por su disconformidad con un decreto aprobado, puesto que existía ya, a la hora de comienzo del pleno, un acuerdo de principio para que la enmienda presentada el viernes de la semana pasada por UCD sobre la composición de las juntas municipales se viera reflejada en un nuevo decreto de la alcaldía, que desarrollara el anterior. Lo que querían los concejales ucedistas era que ese acuerdo de principio fuera totalmente explícito, por medio de un decreto firmado, antes de dar su aprobación al presupuesto de la Gerencia.
Con todo, ese no es más que el final de la historia. Toda la mañana municipal, que comenzó con la reunión de la Comisión Permanente, estuvo enmarcada por interminables y continuas negociaciones entre los representantes de UCD, por un lado, y de la mayoría de izquierda, por otro.
Al final, una vez logrado ese acuerdo de principio, por el que un nuevo decreto de la alcaldía dará la razón a UCD sobre la representatividad municipal que debe imperar en las juntas de distrito, el problema estaba en si se suspendía el pleno para evitar que los concejales de UCD anotaran una segunda falta en su expediente -sólo están permitidas seis consecutivas sin justificar- o no. Pero los impedimentos legales no dieron pie al alcalde para suspender la sesión y, tras las preceptivas llamadas a quorum, la sesión fue levantada por que no estaban presentes los preceptivos dos tercios de concejales necesarios para tratar del asunto del presupuesto de la Gerencia.
Sin embargo, el propio Tierno Galván, antes de levantar la sesión, se encargó de tranquilizar, públicamente, los ánimos, que, en más de un concejal, se notaban exaltados. El alcalde aseguró, ante los concejales socialistas y comunistas y el público que llenaba la tribuna, que «la ausencia de los señores concejales de UCD puedo asegurarles que no significa ni hostilidad ni tensiones insuperables en el ánimo colectivo de la municipalidad. Las conversaciones continúan en un clima cordial. Oportunamente se hará la convocatoria para el próximo pleno».
El acuerdo alcanzado establece que, en cada junta municipal, habrá, como mínimo, cuatro concejales, uno de ellos presidente de la misma. Con ello, el número de vecinos no concejales que se integrará en cada una de ellas no podrá ser superior a tres. Esto supone que, en todo momento, los miembros de la Corporación elegidos en las pasadas elecciones tendrán siempre mayoría con respecto a los vecinos.
En síntesis, este nuevo decreto de la alcaldía supone exactamente lo mismo que pretendía una enmienda -que fue rechazada-, presentada en el pleno de la semana pasada por UCD. La moción de la alcaldía que se pretendía enmendar establecía la composición de las juntas, pero sin fijar exactarrtente el número de concejales y el de vecinos que debería componerlas.
Las intensas negociaciones que ayer tuvieron como escenario la Casa de la Villa estaban encaminadas, por parte de la mayoría de izquierda, a conseguir que UCD accediera a aprobar el presupuesto especial de la Gerencia de Urbanismo. Por ello, a la hora de discutir, socialistas y comunistas legaron a ofrecer a los concejales ucedistas la presidencia de tres juntas municipales, como mínimo, o de seis, como máximo. El propio segundo teniente de alcalde, Alonso Puerta, se encargó le confirmar este extremo a la prensa. Pero este ofrecimiento no es inmediato.
Por su parte, UCD parecía pretender esas presidencias de junta, aunque, en ningún momento, lo reconoció. José María Álvarez del Manzano, número dos de UCD, llegó a decir que «aunque ahora nos ofrecieran doce presidencias de junta, no las aceptaríamos, porque lo que nos importa, en estos momentos, es lograr que la representatividad emanada de las elecciones de abril sea respetada».
De todas maneras, el tema de la presidencia de las juntas subyace en todo este asunto, ya que, aunque retrasado hasta el mes que viene, ya existe una propuesta clara, aunque no pública, de UCD: la oposición municipal, en función de los votos obtenidos en las pasadas elecciones, quiere ocupar, por los menos, ocho presidencias de junta. A tal propuesta, los socialistas se oponen tajantemente: las juntas que éstos quieren formar no son como las que existían antes del 3 de abril, sin voz ni voto prácticamente en la decisión municipal; ahora, en cada distrito, la voz de las juntas y su poder será cada vez más importante.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.