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Crítica:LOS CONCIERTOS DEL REAL
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Zubin Mehta y la Filarmónica de Israel

Después de las actividades del Concurso Reina Sofía, la temporada madrileña de conciertos se ha iniciado por la Orquesta Filarmónica de Israel, bajo la dirección de Zubin Mehta. Lleno absoluto en el teatro Real y predominio de público joven, como es casi habitual en las series de Ibermúsica.La Filarmónica israelí ha alcanzado categoría de gran orquesta, de modo muy particular por la calidad de las cuerdas. Mehta trabaja como titular del conjunto desde hace diez años e incluso simultanea esta titularidad con la de la Orquesta de Nueva York. Lo que quiere decir que, en gran parte, la precisión, agilidad, brillantez, cohesión y expresividad de los filarmónicos de Israel son obra del director de Bombay. Maestro flexible, Melita equilibra con gran tino los valores de mando y libertad, y a un solo y leve gesto, la centuria obedece en cualquier sentido, muy especialmente en la dosificación de las potencias. En cuanto al pensamiento musical, quienes hemos seguido con atención la espectacular carrera de Zubin Mehta comprobamos cómo fue ganando en hondura, entendiendo el tan manipulado término en el sentido de una incorporación, cada vez más auténtica, a la gran línea de la tradición germánica, la que quizá arranca de ese Mahler que Mehta gusta de interpretar y del que consigue versiones tan excelentes como la escuchada ahora -y entusiásticamente aplaudida- de la Quinta sinfonía, o sea, la del adagietto explotado por Visconti en Muerte en Venecia. Mahler, más que «pintor», es un moroso «narrador», y a lo largo de sus mundos sinfónicos van y vienen, se aquietan y agitan, se tensan y desarrollan los personajes sonoros familiares: marchas fúnebres con algo de grotesco, valses de la vieja Viena y lieder. Y sobre todo la personalidad de un tratamiento sinfónico singularísimo en el que el compositor sí se produce con verdadera imaginación plástica y géstica.

Orquesta Filarmónica de Israel

Director: Zubin Mehta. Obras de Ben-Haim, Prokofiev y Mahler. 20 de septiembre.

Antes, los filarmónicos de Israel y Mehta ofrecieron unos fragmentos de Romeo y Julieta, de Prokofiev, y el «salmo», segundo tiempo de la primera sinfonía, de Paul Frankenburger, nacido en Munich el año 1897, que adoptó el nombre hebreo de Paul Ben-Haim. La obra, que en su totalidad data de 1940, representa con sencillez el sentimiento nacional judío. Ante los largos aplausos, los ilustres visitantes ofrecieron, fuera de programa, una de las Variaciones enigma, de Elgar, y Triana, de Albéniz-Arbós.

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