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Movimientos de tropas soviéticas junto a la frontera afgana

Estados Unidos advirtió movimientos de tropas soviéticas en las proximidades de la frontera con Afganistán, declaró ayer en Washington, el portavoz del Departamento de Estado, Hodding Carter. En Kabul, el nuevo presidente afgano, Hafizullali Amin, anunció una amnistía para todos los exiliados -unos 200.000-, concentrados principalmente en Irán y Pakistán.El portavoz del Departamento de Estado, que declaró ignorar el motivo exacto de los movimientos de tropas soviéticas, recordó que el Gobierno norteamericano se opone a toda intervención en los asuntos internos de Afganistán y que había expresado claramente su postura a los dirigentes de la URSS.

El cambio de presidente en Kabul e incluso el anuncio de la amnistía y la destitución de los gobernadores de las cuatro regiones del país donde la rebelión musulmana está en auge (Paktia, Nangarhar, Badakhshan y Samangan) no parece haber reducido la voluntad guerrera de los insurrectos.

Los jefes de cuatro importantes grupos rebeldes islámicos anunciaron ayer su decisión de continuar la lucha contra el «imperialismo rojo» en el poder en Afganistán. En un comunicado hecho público en Peshawar (noroeste de Pakistán), uno de los jefes guerrilleros, Molvi Mohammed Yanus Jalis, rechazó la oferta de amnistía y declaró que no observaba ningún cambio en «la política marxista y antislámica de Kabul».

Incluso el líder del Frente Nacional de Liberación Afgano, Sayed Ahmed Gilani, ordenó a sus combatientes en Afganistán que estén preparados «para un enfrentamiento eventual» con soldados soviéticos.

A propósito de los rumores sobre el envío de cuatrocientos soldados soviéticos a Gardez, capital de la provincia en rebelión de Paktia, Gilani afirmó que, si esta información se confirma, se tratará de una «violación flagrante de la soberanía afgana».

Por otro lado, la suerte del ex presidente Nur Mohammed Taraki -del que fuentes próximas al hospital militar de Kabul anunciaron la muerte- sigue siendo un misterio al no haber sido confirmado oficialmente su fallecimiento.

Radio Kabul, por ejemplo, no confirma ni desmiente la muerte del ex presidente. Tampoco la radio y la televisión soviéticas anunciaron oficialmente el fallecimiento del antiguo primer mandatario de Afganistán. Un libro de condolencias fue abierto en la embajada de Afganistán en la capital soviética, pero el libro sólo recoge pésames por la muerte de S. Tarun, miembro del Consejo Revolucionario afgano, y no por los otros muertos producidos durante el golpe que derrocó a Taraki.

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