Defensa de Polonia
No quiero que pase sin respuesta la carta que, bajo el título de «Tribulaciones en Polonia», firmada por(Pasa a página 10)
Defensa de Polonia
(Viene de página 9) don Antonio Sáez Noriega, fue publicada el pasado día 14 de septiembre, y en la que se vierten una serie de conceptos que habría que calificarlos simplemente de erróneos, si no estuviesen tan cargados de evidente mala fe.Los que fuimos testigos del disgusto sufrido por el señor Sáez durante su viaje de regreso a España lo comprendimos como se comprende la, pataleta de un niño a quien se le ofrece un juguete para luego negárselo. Pensamos que se calmaría y se impondría en él la sensatez... Sin embargo, aquella rabieta infantil ha persistido, llegando al extremo inadmisible de llamar «atraco» a un trámite aduanero absurdamente motejado de fascista. ¡Qué insensatez, señor Sáez! ¿Por qué ese empeño en calificar de fascista o comunista a todo lo que no nos gusta? Aquel control no fue ni lo uno ni lo otro; fue simplemente un tanto riguroso, pero, afortunadamente para usted y otros muchos, no fue exhaustivo, pues tal vez habría que haber dejado en tierra polaca algo más que una tienda de campaña.
Efectivamente, en el impreso para la declaración de moneda no constaba que estuviese prohibido sacar del país una tienda de campaña. Sin embargo, sí figuraba que lo que se sacase del país no podría exceder del valor del 50% del dinero cambiado oficialmente. Usted pagó su tienda «con moneda polaca procedente del cambio de dólares». Pero ¿a qué cambio se refiere? ¿Al oficial... o al «otro»? Mucho me temo que los dólares cambiados oficialmente no bastaran para comprar un solo metro cuadrado de la tela de su tienda de campaña. Si se la retuvieron en la aduana aún debe consolarse pensando en lo afortunado que fue al serle retenido únicamente eso.
En cuanto a los «leoninos impuestos de exportación» que menciona, hubo quienes no los estimamos así cuando se apresuraron a declarar en la aduana polaca los productos que deseaban sacar del país, siendo conscientes de que, si no, no podrían hacerlo...
El Estado de Polonia, señor Sáez, reserva infinidad de cosas atractivas para los turistas que van allí a dejar divisas. Que a usted no le haya salido bien su juego no es excusa para tratar de iniciar una campaña contra un país agradable y acogedor, en donde la única molestia que hemos sufrido los españoles que allá fuimos ha sido el lento control de pasaportes y un control aduanero algo más riguroso que en otros sitios.
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