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EL cubismo y los paisajes de Braque, en Madrid

El próximo día 27 de septiembre, los españoles van a tener oportunidad de ver, por primera vez, una antología insólita de la obra del pintor francés Georges Braque. En la exposición, que estará colgada en los salones de la Fundación March en Madrid, no sólo se mostrarán obras del Braque cubista, sino trabajos paisajísticos del gran artista, que con Picasso y Juan Gris formó la santísima trinidad del cubismo.

Una importante exposición del pintor cubista Georges Braque inaugura el curso en la Fundación Juan March de Madrid. aun total de 128 obras integran esta muestra, que recoge creación del multifacético pintor, desde 1902 a 1963, año de su muerte. El pintor había nacido en 1882.La novedad de esta muestra, organizada con la Fundación Maegth de Saint Paul-de-Vence, está en esta amplia exposición, que será presentada por el crítico de arte Francisco Calvo Serraller, se organiza por temas en lugar de seguir el criterio habitual en las antológicas: el ordenamiento cronológico.

Setenta grabados, 34 óleos, diecinueve guaches y cinco relieves en bronce es la obra que, salvo imprevistos de última hora, se mostrará en la sede de la Fundación March desde el 27 de septiembre próximo, y que se mantendrá abierta hasta diciembre.

La organización de la exposición, además de su tono marcadamente didáctico, sorprenderá al público que se halle acostumbrado al Braque cubista. Además de los cuadros propiamente cubistas -estarán presentes algunos de los más conocidos-, el espectador encontrará un Braque paisajista, pintor de bodegones y naturalezas muertas, obsesionado con el campo y el arado, pintor de flores, de pájaros y de figura humana.

El París de 1900 espera el nacimiento de las vanguardias estéticas en un clima de agitación cultural lleno de atractivos. Braque se instalará en Montmartre, que empieza a ser el barrio de arte y vida nocturna, y empieza a pintar. En 1906 colgará siete cuadros en el Salón de los Independientes; por entonces, el descubrimiento del color expresivo y plano de los posimpresionistas dará lugar a sus primeros cursos fauves. Más tarde, y con el intermedio del poeta y animador cultural Guillaume Apollinaire, conocerá a Picasso y formará más tarde con éste y con Juan Gris el trío fundacional de la pintura cubista.

El cubismo, que continuó siendo escándalo durante medio siglo, es un paso más hacia la simplificación abstracta y cerebral de la pintura. Tras el esquematismo de Matisse, que va liberando a las figuras consideradas como apariencia por el impresionismo de buena parte de la anécdota que se siente por primera vez como exterior a la pintura y tratando de llegar a la esencia de las formas, a dar todas las posibles visiones de cómo es la realidad, el cubismo encontrará la base de la reducción conceptual de los objetivos a sus formas primigenias. Añadiéndole además la supresión de la perspectiva y del tiempo -oscuramente relacionados estos conceptos- se logra una distorsión de la figura en la que el esquema geométrico de una visión puede coincidir y coincide con el esquema geométrico de la visión de otro lado.

Tras interrumpir su trabajo pictórico con la primera guerra mundial, Braque vuelve en 1917. La época, en plena modernidad, es de exaltación: las ilusiones de ciencia -base del cubismo, por otra parte- y de salvación universal de libertad para el arte se ponen en la recién nacida revolución rusa, y pocos años han sido tan ilusionados y tan fructíferos culturalmente como los que separan las dos guerras. Publica Braque con Réverdy sus Pensamientos y reflexiones sobre la pintura, y comienzan, en la aceptación pública de la modernidad, sus exposiciones y encargos importantes.

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