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Presiones a todos los niveles para que Tarradellas acepte el Estatuto

Tarradellas se opuso a que el consejo ejecutivo de la Generalitat se pronunciara en favor del proyecto del Estatuto de Cataluña. Ello se produjo en el curso de la agitada reunión del consejo, celebrada a lo largo del pasado lunes, y que finalizó avanzada ya la noche. Todos los consejeros de la Generalitat sostuvieron una postura radicalmente antagónica a la de Tarradellas, según información facilitada directamente a EL PAIS por tres consejeros de la propia Generalitat pertenecientes a diferentes opciones politicas.

En las pasadas semanas, Tarradellas se había negado a que el consejo tratase el tema del Estatuto, alegando que no había sido oficialmente informado del texto del mismo. Pese a que ninguna ley obliga al presidente del Congreso a comunicar a los presidentes de las comunidades preautonómicas el texto de los proyectos de estatuto, diversos líderes políticos catalanes rogaron a Landelino Lavilla que tuviera la atención de remitir a Tarradellas una copia del proyecto, cuya publicación era total, ya que fue publicado incluso por el Boletín Oficial de las Cortes.

Con la recepción del proyecto, Tarradellas no tenía ya excusa aceptable para retrasar su discusión por parte del consejo de la Generalitat. Optó, en consecuencia, por el enfrentamiento directo, con todas las repercusiones en su contra que puede implicar la existencia de hecho de un frente proestatuario, que va desde UCD a los comunistas.

La confrontación quedó aplazada, después de más delseis horas de duras discusiones, para el próximo viernes, en que el consejo volverá a celebrar otra reunión, ésta de carácter extraordinario, para tratar nuevamente el tema. El día antes visitará a Tarradellas el vicepresidente del Gobierno para Asuntos Económicos, Fernando Abril. Fuentes de UCD indicaron que Abril expresará a Tarradellas que para el Gobierno y para el propio Estado la política favorable a los estatutos de autonomía no es ningún juego ni nada que pueda ser pospuesto o ridiculizado.

Al respecto, un alta fuente de la UCD catalana manifestó a EL PAIS que «en 1932 la República dio el Estatuto a Cataluña de mala gana y porque se vio forzada a ello. Ahora, la política de la Monarquía y del Gobierno es mucho más fuerte. Estamos totalmente en la línea de una nueva estructuración del Estado. No es posible pensar en una revisión de estos planteamientos, que, por otro lado, son plenamente compartidos por la práctica totalidad de las fuerzas parlamentarias».

Todas las fuentes consultadas manifestaron esperar aún alguna operación por parte de Tarradellas, destinada, como todas, a perpetuar su presencia al frente de la Generalitat. Pero, en cambio, daban como prácticamente imposible que, después del enfrentamiento del lunes, UCD y el PSOE pudiesen ofrecerle que encabezara sus listas al Parlamento catalán, como ha estado procurando Tarradellas en estas últimas semanas.

Pese a todo, Tarradellas posee aún capacidad de maniobra. Una de las posibilidades apuntadas es la utilización de la comisión jurídica asesora de la presidencia de la Generalitat -o parte de la misma- para obtener un dictamen favorable a que el referéndum estatuario no sea convocado sin antes haberse promulgado una ley orgánica.

De momento, Tarradellas ha hecho convocar para el juevesala comisión mixta Generalitat-Estado para la transferencia de servicios. Un miembro catalán de la misma, después de recordar que los trabajos de dicha comisión fueron paralizados por Tarradellas, agregó: «Ya casi ni me acordaba de la existencia de la comisión», para a continuación expresar el temor de nuevas maniobras de Tarradellas.

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