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Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
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La foto fantástica

Dice Roland Barthes que los domingos se abandona a la estolidez de la televisión, muy consciente, claro, de qué es estolidez. Yo me abandono mucho menos que Roland Barthes, pero de tarde en tarde le echo un ojo por si cazo un telemuslo de Victoria Abril -cómo era, Dios mío, cómo era, que dijo el poeta- y así es como he conocido, dentro del programa dominical y telehortera de Iñigo, ese espacio llamado La foto fantástica, que consiste en poner el analfabetismo nacional a prueba mediante una foto rompecabezas. Si usted dice que la descuartizada es Lolita Sevilla y efectivamente es Lolita Sevilla (que suele serlo) pues se lleva usted una pastizara.Este periódico en que me honro, en sus páginas no amarillas, o sea de opinión, ha creado el otro día, en un editorial, un juego semejante, pero, como es lógico, para cultos, enterados, politólogos, listillos, arúspices y gente que sabe de qué va. Se trata del espacio político en blanco que hay que llenar, no sabemos cómo ni con qué, se trata de la foto rompecabezas que hay que recomponer, a ver si sale, como líder de un nuevo partido, que efectivamente nos está haciendo falta, Alfonso Osorio o Fernández Ordóñez.

La señora de derechas que usa el bolsero para taparse las rodillas y que asimismo se estira mucho la faja, cuando no la enfoca la cámara, se ha levantado a decir, en el plató nacional, que el hombre-enigma es Alfonso Osorio, político que ahora se está rebobinando hacia UCD. El estudiante de gafas y barbita, que ha hecho algunos cursos de algo en Alemania y todavía se intercambia postales con una bávara mundialorra, se levanta a decir que la foto-misterio es Fernández Ordóñez, o sea la socialdemocracia.

A José María Iñigo y sus orfeones dominicales le debemos el juego político más apasionante de la nueva temporada, al menos la idea, pues naturalmente se trata de algo más que un juego. Se trata, según los enteradísimos de la hora del vermú con avellanas, que hacen preceder sus noticias de un esquileo de hielo contra el vaso de whisky, como si fuera el viático, se trata, digo, de llenar un espacio político que pudiera quedar en blanco si -Felipe González -¡ay!-, después del Recongreso, no lo llenase, pese a todo, puesto que los tres mosqueros del socialismo (que seguramente esconden un cuarto, como los de Dumas), o sea Castellano, Gómez Llorente y Bustelo, andan por ahí de comuneros, han vuelto a Madrid, después de las vacaciones (ya es camp decir veraneo) en plan Padilla, Bravo y Maldonado, sacando el pendón morado en cuanto caen cuatro gotas.

Si el PSOE se rebobina a sí mismo -cosa rara- y vuelve a empezar la película con el león de la Metro, o sea Carlos Marx, y a Felipe no le deja el equipo médico habitual-hacerse la circuncisión antimarxista, entonces hay que pensar, digo yo, en una socialdemocracia sin lastre histórico de marxismo, Pablo Iglesias, tapiceros socialistas de Lavapiés y guardamacileros de la CNT de antes de la guerra. Socialdemocracia sin pasado borrascoso, como el que tenía y confesaba María Félix en las películas, pronunciando bogascoso. Fernández Ordóñez no tiene un pasado bogascoso, no se ha acostado con Franco ni con Marx, ni siquiera con la criada de Marx.

Me llega la última revista francesa de la moda masculina para este invierno y veo que Pierre Cardin (un dandy que decidió industrializar su dandismo) anda arrastrando por París una bufanda de punto tan larga como la mía. Quiere decirse que los franceses siguen plagiándonos, como toda la vida, como el impresionismo nació de Goya y como Giscard plagia a Suárez el estilo Estrasburgo y Cardin me plagia a mí la bufanda sin fin.

Pero no sólo los franceses, sino también los alemanes, que ya don Luis de Galinsoga decía que éramos «centinela de Occidente», y he aquí que los germanos, puestos a plagiar una socialdemocracia española (como en el siglo pasado nos copiaban bandoleros generosos), se han decidido, quizá, por la de Fernández Ordóñez, y les ha salido parecidísima. Aquí se calumnia a Felipe diciendo que mira a Alemania. ¿Y si Alemania mirase a Paco Ordóñez?

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